jueves, 30 de abril de 2009

Fantasmas: ¿por qué creemos en ellos? (Tercera parte)

Sesiones de espiritismo

Interesados en las técnicas utilizadas por los mediums fraudulentos del siglo XIX para simular fenómenos fantasmales durante sus sesiones de espiritismo, Wiseman y Nyman querían descubrir si estos métodos de más de cien años de antigüedad podrían servir en la actualidad para engañar a una audiencia moderna, por lo que decidieron realizar una serie de experimentos fuera de lo corriente. Invitaron a un grupo de personas a participar en una reconstrucción teatral de una sesión de espiritismo al estilo victoriano y utilizaron varias fórmulas –incluida la sugestión– para simular la actividad de los seres espectrales. Luego pidieron a los participantes que narraran su experiencia para determinar hasta qué punto habían sido embaucados por los investigadores. Las sesiones se llevaron a cabo en Londres, en una prisión subterránea abandonada del siglo XIX. Antes de empezar, los participantes rellenaban un breve formulario donde contestaban si creían o no en la existencia de fenómenos paranormales. Luego eran conducidos a través de un estrecho pozo de ventilación a una gran sala situada en el centro de la cárcel, donde se sentaban alrededor de una mesa. A la luz de las velas el supuesto médium –Andy Nyman– narraba una falsa historia de fantasmas relacionada con el asesinato de la cantante Marie Ambrose, cuyo fantasma había sido presuntamente visto merodeando por la prisión. Tras colocar sobre la mesa tres objetos brillantes que supuestamente habían pertenecido a la víctima, Nyman comenzaba a invocar al fantasma y pedía a los participantes que se concentraran en los objetos de uno en uno. Al hacerlo estos se movían o rodaban por la mesa, como demuestran las filmaciones con cámara infrarroja que se llevaron a cabo. Algunas personas empezaban a gritar, mientras que otras permanecían, aterrorizadas, temblando en silencio. Después de estos presuntos fenómenos paranormales obtenidos mediante simples trucos, se recurría a la sugestión: Andy Nyman pedía al supuesto fantasma que hiciera sentir su presencia moviendo la pesada mesa. Esta permanecía inmóvil, pero el médium sugería que levitaba utilizando frases como “Muy bien, Marie” o “Levántala un poco más”.Cuando la sesión acababa, se encendían las luces y se agradecía a todos su participación en el espectáculo. Dos semanas después los investigadores enviaban a sus conejillos de indias un cuestionario, solicitando información sobre sus experiencias durante el espectáculo. Los resultados fueron sorprendentes: el 40% de los que habían expresado previamente su creencia en lo paranormal pensaron que los fenómenos eran resultado de una genuina actividad fantasmal, frente a un 3% incrédulo. Más sorprendentes fueron los relacionados con el experimento de sugestión: más de un tercio de las personas describieron cómo habían visto levitar la mesa. Al parecer, la creencia o el escepticismo previo de los participantes tuvo mucho que ver en los resultados, según explica Wiseman: “La mitad de los incrédulos afirmó correctamente que la mesa no se movió, comparado con solo un tercio de los creyentes”. Esta investigación puso de relieve que la simple sugestión puede utilizarse para hacer que una proporción significativa de personas experimente lo imposible.
(Continuará…)

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