viernes, 1 de mayo de 2009

Fantasmas: ¿por qué creemos en ellos? (Última parte)

Experiencias espectrales

Richard Wiseman y sus colegas han llevado a cabo también otra serie de comprobaciones referidas a la psicología de las experiencias espectrales en lugares con fama de estar encantados, como el palacio londinense de Hampton Court o unas cuevas de Edimburgo (Escocia). Así descubrieron que algunas personas son mucho más sensibles que otras a la creencia en la existencia de fantasmas. Los que afirman protagonizar algún tipo de fenómeno extraño poseen una gran imaginación.“Son el tipo de personas que resultan excelentes sujetos para la hipnosis. Al parecer, son capaces de convencerse de que un espíritu puede estar de pie detrás de ellos o escondido en una alcoba oscura. En consecuencia, se sienten asustados y provocan que su cuerpo y su mente produzcan todos los síntomas asociados con el miedo, tales como erizarse los cabellos de la nuca y una súbita sensación de frío”, explica Wiseman. Sin embargo, eso no significa que todas las experiencias fantasmales sean producto de una gran imaginación combinada con el contexto adecuado. El investigador Vic Tandy comprobó que algunas de estas experiencias se deben a veces a la presencia de “algo extraño en el ambiente”. En su ensayo The Ghost in the Machine (1998) explicó que ese algo “raro” puede deberse a las ondas de los infrasonidos, que, aunque no pueden oírse, generan una gran cantidad de energía que es capaz de producir extraños efectos, incluso físicos. Con ánimo de comprobar la veracidad de los hallazgos de Tandy, Wiseman se apresuró a realizar nuevos experimentos y consiguió demostrar que, efectivamente, algunas sensaciones fantasmales pueden deberse en ocasiones a los infrasonidos. De hecho, los testigos del experimento relataron una media de alrededor de un 22% más de experiencias inusuales durante la presencia de infrasonidos. Los hallazgos tuvieron gran repercusión en el mundo académico y algunos investigadores sugirieron que las mismas ondas de baja frecuencia también podrían desempeñar un papel clave en ciertas experiencias sagradas. Algunos han llegado a insinuar que los grandes tubos de los órganos de ciertas iglesias y catedrales pueden hacer experimentar un sentido de espiritualidad en los asistentes como reacción al sonido que producen. Al conocer los resultados de ensayos como los anteriores parecen descorrerse muchos velos sobre determinadas sensaciones “raras” que la mayoría de la gente cree haber experimentado porque, como apunta Wiseman,“las formas en que pensamos y sentimos se ven afectadas por factores que no percibimos”. Afortunadamente, la rarología puede sernos de gran ayuda para saber un poco más sobre esos factores y también sobre otras muchas curiosidades relacionadas con la psicología humana.

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