martes, 28 de abril de 2009

Fantasmas: ¿por qué creemos en ellos? (Primera parte)

Los fenómenos paranormales, a la luz de la rarología.¿Es posible abordar el estudio de fenómenos paranormales como las experiencias con fantasmas y espíritus desde una óptica científica? Eso es precisamente lo que pretende la rarología, una nueva disciplina que busca dar respuesta a las manifestaciones más “raras” de la conducta humana.

“El té adquiere todo su cuerpo, y un sabor pleno, y no es en absoluto amargo o desagradable cuando se mantiene el agua en la tetera a una temperatura de entre 82º y 88º C y ha estado ocho minutos sobre las hebras. No existe otro misterio en la tetera”, concluía Sir Francis Galton en su obra The Art of Travel (El arte de viajar, 1855) tras una investigación científica para determinar la mejor manera de preparar la taza de té perfecta. Para tal fin había construido un termómetro que le permitía controlar la temperatura del agua dentro de la tetera. Pero esta no fue la única investigación curiosa que llevó a cabo el explorador y científico británico, primo de Charles Darwin, ya que también se interesó por el aburrimiento, la belleza y la oración. Estos son ejemplos tempranos de una manera de abordar la investigación del comportamiento humano que el analista moderno Richard Wiseman ha denominado “rarología”.

¿Buena o mala estrella?
Este enfoque de la psicología iniciado por Galton ha tenido continuadores a lo largo de los últimos cien años a pesar de que hasta ahora no ha sido reconocido de forma oficial como ciencia social. Y decimos hasta ahora porque la obra reciente de Wiseman titulada Rarología (2008) supone una auténtica aportación a la ciencia o estudio de lo raro. Aunque este aborda su trabajo con gran sentido del humor, no le resta seriedad. Tanto los experimentos realizados por él, como los que describe de otros colegas, han seguido una rigurosa metodología y aportan valiosa información sobre el comportamiento humano. Como no podía ser de otra manera en un temática tan “rara”, algunos de estos experimentos “utilizan las técnicas que siguen las principales corrientes científicas para investigar temas inusuales. Otros emplean métodos inusuales para investigar corrientes científicas. Todos ellos son el resultado del análisis llevado a cabo por investigadores del comportamiento”, explica Wiseman.Probablemente ninguna creencia ha superado mejor la prueba del paso del tiempo que la astrología. Millones de personas leen a diario sus horóscopos, o bien pagan a astrólogos para que les levanten su carta astral, les hagan un análisis de su temperamento o realicen una predicción sobre su vida futura en función de los astros. ¿Significa esto que la astrología funciona, es decir, que los astros tienen un impacto real en el comportamiento humano? Tras una investigación prolija para determinar las similitudes entre las personalidades de mellizos idénticos según la astrología, el científico británico Geoffrey Dean llegó a la conclusión de que no. Sin embargo, las personas que se interesan por la astrología no solo se sienten impresionadas con la exactitud de lo que describen sus cartas astrales, sino que las consideran válidas. Al parecer, esto se debe a dos factores: el “efecto Forer” o de validación subjetiva y el “efecto halagador”. El primero presupone que la gente tiende a aceptar descripciones personales vagas y generales como aplicables a ellos mismos sin darse cuenta de que esta descripción podría asociarse a cualquiera. El segundo tiene que ver con que la mayoría de las personas son proclives a creer cualquier cosa que las describa de manera positiva. Para los estudiosos de la rarología, este efecto explica en gran medida por qué la mitad de la población acepta la astrología. Otra cuestión digna de estudio es la forma en la que algunas personas se dejan engañar y cómo se las ingenian otras para mentir sin ser descubiertas. Lo más sorprendente es que la gente suele ser incapaz de destapar los engaños... ¿A qué se debe esto?
(Continuará…)

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