miércoles, 25 de marzo de 2009

Científico inglés reta al envejecimiento (primera parte)

Aubrey de Grey dice que está a 25 años de encontrar la fórmula para vivir 300 años; promete un tratamiento que rejuvenecería a un paciente de 45 años a 30 en sólo un par de meses.

Cree que los niños nacidos en las próximas décadas tendrán "ciertamente una muy buena probabilidad" de vivir 200 o 300 años. O, como dice él, "indefinidamente".
Cuando este británico habla de terapia se refiere nada menos que a "la derrota del envejecimiento", un proceso diseñado por él mismo que espera tener disponible dentro de 20 o 25 años. El secreto, según él, es tratar al envejecimiento como una enfermedad, como algo maligno que come y debilita nuestras células hasta dejarlas inútiles y estériles. Este enfoque, según el cual el envejecimiento es un proceso que se puede revertir -o curar-, y su manera metafórica y dramática de explicar sus planes, han convertido a De Grey en una mezcla de científico y profeta, el jefe de un autotitulado "movimiento" que cambiará a la humanidad como nada la ha cambiado nunca.
Es imposible escuchar hablar a De Grey y no pensar qué relación tiene todo lo que dice con su aspecto, una mezcla en partes iguales de rockero, inventor loco y profesor de yoga. ¡Y esa barba! ¿Qué señales quiere enviar De Grey con esa barba gris, sin forma, larga hasta el pecho, más propia de un líder religioso o de un hippie de los años sesenta que de un científico preocupado por seducir al mundo? Él prefiere no darle mucha importancia -"a mi mujer le gusta", explica cuando le preguntan-, pero da la impresión de ser algo más planificado de lo que él sugiere.
De Grey tiene 45 años, los pelos de la cabeza atados en una colita y lleva puestos jeans azules bastante gastados y una camisa color vino tipo leñadora. Parece representar menos años de los que tiene, en parte por la forma de vestirse y en parte por la vitalidad de su manera de hablar y la pasión con la que expone sus argumentos, la cual le da un brillo constante a sus ojos azules.
Hasta hace no mucho tiempo, el mundo científico creía que De Grey no sólo estaba equivocado: también decía que estaba loco. Ahora, después de que De Grey ha recaudado millones de dólares de financiamiento para sus investigaciones y ha dado cientos de conferencias en decenas de países, sus colegas todavía no están convencidos de que tiene razón, pero por lo menos ya no creen que está loco. "A mí me gusta definir mi evolución en el ambiente académico como hacía Gandhi con sus propios contrincantes", dice De Grey, quien explica: "primero te ignoran, después te ridiculizan, luego se te oponen y al final dicen que estuvieron contigo desde el principio".
De Grey ya ha dejado atrás la primera fase y parece estar cerca de superar la segunda: casi ya nadie se atreve a ridiculizarlo y sus debates son ahora de igual a igual con otros científicos y gerontólogos (así se llaman los especialistas en el proceso de envejecer). Pronto, probablemente, comenzarán los debates con sectores más amplios de la sociedad.
(Continuará…)

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