sábado, 10 de enero de 2009

El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo (172)

Sección XX

RESH

LA RESURRECCION DE JESÚS


Pilatos coloca el sello romano sobre la puerta piedra de la tumba. A media noche un grupo de la Hermandad Silente Marcha cerca de la tumba. Los soldados se alarman. Jesús predica a los espíritus en prisión. El Domingo temprano en la mañana se levanta de la tumba. Los soldados reciben pago de los sacerdotes para decir que los discípulos se robaron el cuerpo.

1. La tumba en que colocaron el cuerpo del Señor estaba en un jardín rico en flores, el jardín de Siloam, y la casa de José estaba cerca.
2. Antes que comenzara la guardia, Caifás envió un grupo de sacerdotes al jardín de Siloam a asegurarse de que el cuerpo de Jesús estaba dentro de la tumba.
3. Rodaron la piedra a un lado: vieron el cuerpo allí y volvieron a colocar la piedra como puerta.
4. Y Pilatos envió a su escriba a que colocara sobre la piedra el sello de Roma, de modo tal que al moverse la piedra tenga que romperse el sello.
5. Romper el sello romano significaba la muerte para quien lo rompiera.
6. Los soldados judíos juraron fidelidad. Entonces comenzó la guardia.
7. A media noche todo estaba tranquilo; pero de repente la tumba vino a ser un incendio de luz y al mismo tiempo, abajo en el camino del jardín, un grupo de soldados vestidos de blanco marchaban de uno en fondo.
8. Y avanzaron hasta la tumba; y empezaron a marchar y contramarchar delante de la puerta.
9. Los soldados judíos estaban alerta. Pensaban que eran amigos que habían venido a robar el cuerpo del Nazareno. El capitán de la guardia gritó: “A la carga.”
10. Y cargaron. Pero ni uno de los soldados vestidos de blanco cayó. Ni se detuvieron, sino que seguían marchando y contramarchando entre los hombres asustados.
11. Se detuvieron ante el sello romano. No hablaban. No desenvainaron las espadas. Era la Hermandad Silente.
12. Los soldados judíos huyeron del miedo; cayeron en tierra.
13. Se apartaron hasta que los soldados vestidos de blanco se fueron. Entonces la luz de la tumba se atenúo.
14. Entonces regresaron los soldados judíos. La piedra estaba en su sitio; el sello no había sido tocado y reasumieron la guardia.
15. Ahora bien, Jesús no durmió dentro de la tumba. El cuerpo es manifestación del alma; pero el alma es alma sin su manifestación.
16. Y en que plano del alma in manifestada, el Señor apareció y enseñó.
17. Abrió las puertas de la prisión y puso en libertad a los presos.
18. Rompió las cadenas de las almas cautivas y guió a los cautivos a la luz.
19. Se sentó en consejo con los patriarcas y los profetas de los antiguos tiempos.
20. Reunió a los maestros de todos los tiempos y de todos los climas y en gran asamblea avanzó y narró la historia de su vida en la tierra, y de su muerte en sacrificio por el hombre.
21. Y de su promesa de vestirse de forma corpórea y de caminar con sus discípulos, justamente para probar los poderes del hombre.
22. Para dar al hombre la llave de la vida, de la muerte y de la resurrección de los muertos.
23. En consejo se sentaron todos los maestros y hablaron de las revelaciones de la edad venidera.
24. Cuando la Santa Respiración, la Mente de Dios, llenará la tierra y el aire con Santa Respiración, abriendo la vía del hombre a la vida perfecta y sin fin.
25. El jardín de Siloam estuvo silente el día sábado. Los soldados judíos hicieron la guardia y nadie más se acercó a la tumba. Pero a la noche siguiente, la escena cambió.
26. A media noche todos los soldados judíos oyeron una voz que decía: “Adon Mashich Cumi”, que quiere decir: “Señor Cristo, levántate”.
27. Y otra vez supieron que los amigos de Jesús estaban alerta y que habían venido a llevarse el cuerpo de su Señor.
28. Los soldados estaban alerta con las espadas desenvainadas, y entonces volvieron a oír otra vez las palabras.
29. Parecía como si la voz procediera de todo lugar, y sin embargo no se veía hombre alguno.
30. Los soldados palidecieron de miedo. Pero huir significaba pena de muerte por cobardía, de modo que se sostuvieron y observaron.
31. Y otra vez, y esto ocurrió un momentito antes que el sol saliera, el cielo se incendió de luz, un trueno distante parecía presagiar una gran tempestad que se avecinaba.
32. La tierra comenzó a temblar y en los rayos de luz vieron una forma que descendía del cielo. Ellos dijeron: “Mirad que un ángel viene.”
33. Y entonces oyeron otra vez: “Adon Mashich Cumi”.
34. Y entonces la forma de túnica blanca pisoteó el sello romano, lo hizo trizas, tomó la piedra pesadísima con una mano como si fuera un guijarro del arroyo y la tiró a un lado.
35. Y Jesús abrió los ojos y dijo: “Saludad todos al sol naciente. Ha llegado el día de la rectitud.”
36. Y entonces dobló sus mortajas, las bandas de la cabeza y sus coberturas y las acomodó todas ellas a un lado.
37. Y entonces se levantó y por un momento se mantuvo de pie al lado de la forma de túnica blanca.
38. Los soldados más débiles cayeron en tierra, escondiendo la cara en las manos. Los más fuertes se mantuvieron en pie y observaron.
39. Vieron transmutarse el cuerpo del Nazareno: lo vieron cambiar de forma mortal a forma inmortal, entonces desapareció.
40. Los soldados oyeron una voz de alguna parte; más aún, de todas partes, que decía:
41. “Paz, paz en la tierra; buena voluntad para los hombres.”
42. Miraron la tumba que estaba vacía y el Señor se había levantado, como había dicho.
43. Los soldados corrieron a Jerusalem y a los sacerdotes dijeron:
44. “Mirad que el Nazareno se levantó como dijo; la tumba estaba vacía y el cuerpo del hombre se fue; no sabemos dónde está.” Y entonces refirieron los portentos de la noche.
45. Caiafás convocó un Consejo de los judíos y dijo: “No debe propagarse la noticia de que Jesús se ha levantado de entre los muertos.”
46. “Porque si esto ocurre todos los hombres dirán: Es el hijo de Dios y todos nuestros testimonios se comprobarán como falsos.”
47. Y entonces llamaron a los cien soldados y les dijeron:
48. “No sabéis dónde descansa el cuerpo ahora. Por lo tanto, si vais y decís que sus discípulos vinieron y se robaron el cuerpo mientras dormíais...”
49. “A cada uno de vosotros le daremos una pieza de plata y nosotros arreglaremos con Pilatos lo relativo a la ruptura del sello romano.”
50. Los soldados hicieron como se les pagó para que hicieran.

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