jueves, 25 de diciembre de 2008

Evangelio Acuario de Jesús El Cristo (156)

Los escribas y los fariseos enojados. Jesús los censura por su hipocresía. Se lamenta de Jerusalem. El óvalo de la viuda. Jesús pronuncia su discurso de despedida a las multitudes en el templo.

1. Los escribas y fariseos estaban enfurecidos; y Jesús dijo:
2.”Infortunio sobre vosotros, escribas y fariseos, sobre vosotros hipócritas. Estorbáis en el camino, os apiñáis a la puerta; pero no entraréis al reino y entre tanto impedís que otros entren y desviáis a los puros de corazón que están preparados para entrar.”
3. “Infortunio para vosotros, escribas y fariseos, sobre vosotros, hipócritas. Mandáis misiones por mar y tierra para ganar un prosélito, y cuando lo habéis convertido, simplemente hacéis de él un perverso, hijo de infierno, igual a vosotros.”
4. “Infortunio sobre vosotros que os llamáis los guías de la humanidad. Sí, vosotros sois guías y guías ciegos,”
5. “Porque pagáis el diezmo de comino y menta, y dejáis de hacer las tareas más ponderosas de la Ley; del acierto, de la justicia y de la fe.”
6. “Filtráis los jejenes antes de beber y os tragáis camellos y cosas semejantes.”
7. “Infortunio sobre vosotros, escribas y fariseos, sobre vosotros, hipócritas. Limpiais y fregáis la parte de afuera de la copa, mientras que por dentro está llena de porquería, extorsión y excesos.”
8. “Id y limpiad la copa por dentro y entonces sus emanaciones venenosas no ensuciarán la parte de afuera de la copa.”
9. “Infortunio sobre vosotros, escribas y fariseos, sobre vosotros, hipócritas. Vosotros mismos no sois sino sepulcros blanqueados, cuya parte exterior es imponente y bella, pero en cuyo interior no hay sino huesos de muertos.”
10. “A los hombres parecéis divinos, pero en vuestros corazones nutrís la lasciva, la hipocresía y las iniquidades más viles.”
11. “Infortunio sobre vosotros, escribas y fariseos, sobre vosotros, hipócritas. Construís y adornáis las tumbas de los hombres santos del pasado y decís:”
12. “Si hubiéramos vivido cuando estos hombres vivieron, les habríamos prevenido, no habríamos obrado como obraron nuestros padres, cuando los maltrataron y los pasaron por la espada.”
13. “Más vosotros sois los hijos de los que mataron a esos hombres santos; y ciertamente que no sois en lo menor más justos que ellos.”
14. “Proseguid y llenad la medida de vuestros padres que fueron educados en el crimen.”
15. “Sois descendientes de víboras ¿Qué podéis ser sino serpientes del polvo?”
16. “Dios os ha enviado ahora otra vez sus profetas y sus videntes, sus sabios y sus hombres santos, y vosotros los flagelaréis en vuestras sinagogas y los aprenderéis en las calles y los calvaréis en la cruz.”
17. “¡Infortunio sobre vosotros! Porque sobre vuestras cabezas caerá la sangre de todos los hombres santos que han sido asesinados sobre la tierra.”
18. “Desde el justo Abel hasta Zacarías, hijo de Baraquías, que fue asesinado dentro del lugar santo, ante el altar del Señor.”
19. “Mirad que digo que estas cosas pasarán sobre esta nación y sobre el pueblo de Jerusalem.”
20. Y Jesús mirando alrededor dijo: “Jerusalem, Jerusalem, ciudad cruel de Jerusalem que asesináis a los profetas en las calles y que matáis a los hombres santos que Dios os ha enviado.”
21. “Con frecuencia he querido traeros, como a hijos, al redil del Señor Dios, pero vosotros no lo habéis querido.”
22. “Habéis desechado a Dios y ahora vuestra casa está desolada y no me veréis otra vez hasta que podáis decir,”
23. “Tres veces bendito es el hijo del hombre que viene como hijo de Dios.”
24. Entonces Jesús se levantó y se fue y se sentó al lado del tesoro a observar a las gentes que pagaban el diezmo.
25. El rico vino y dio de su abundancia; y entonces vio a una viuda pobre, pero leal, venir y poner un centavo en la caja del tesoro.
26. Y entonces dijo a sus discípulos que estaban cerca: “Mirad que esta pobre viuda que ha puesto un centavo en la caja ha hecho más que todo hombre.”
27. “Porque ha dado todo lo que tenía. El rico ha dado sólo una pequeña parte de lo que tenía.”
28. Un grupo de judíos griegos estaba en la fiesta y se encontró con Felipe que podía hablar con ellos, y le dijeron “Señor, haz que veamos al Señor, a este Jesús que es llamado Cristo.”
29. Felipe los condujo y los trajo al Cristo.
30. Y Jesús dijo: “La hora ha llegado en la que el hijo del hombre está listo a ser glorificado, y no puede ocurrir de otro modo.”
31. “A menos que el grano de trigo caiga en la tierra y muera, no puede ser más que un grano de trigo; pero si muere, vuelve a vivir otra vez y de su tumba se levanta cien granos de trigo.”
32. “Mi alma está atribulada ahora. ¿Qué haré?” Y entonces elevando los ojos al cielo dijo:
33. “Mi Padre Dios, no te pido que me releves de todas las cargas que tengo que soportar; solamente te pido gracia y fortaleza para soportar las cargas, cualesquiera que ellas sean.”
34. “Ha llegado la hora para la que viene a este mundo. Oh, Padre, glorifica tu nombre.”
35. Entonces el lugar se iluminó con una luz más brillante que la del medio día. La gente se hizo para atrás. Tenía miedo.
36. Entonces, una voz que parecía venir del cielo, dijo:
37. “A ambos he glorificado: Mi nombre y el tuyo, y a ambos los honraré.”
38. La gente oyó la voz. Algunos exclamaron. Escucharon un trueno distante. Otros decían: “Un ángel le habló.”
39. Pero Jesús dijo: “Esta voz no fue para mí sino para vosotros, para que podáis saber que procedo de Dios.”
40. “Ahora el juzgamiento del mundo está a la mano. El príncipe de la oscuridad se manifestará y vendrá a lo suyo.”
41. “El hijo del hombre será ahora levantado de la tierra, y atraerá a todos los hombres hacia sí.”
42. La gente dijo: “La Ley declara que Cristo se quedará morando para siempre. ¿Cómo puedes pues decir: el hijo del hombre será levantado? ¿Quién es el hijo del hombre?”
43. Y Jesús les dijo: “La luz está brillando ahora. Caminad en la luz.”
44. “La oscuridad se aproxima. Quien camina en la oscuridad no puede encontrar la vía.”
45. Otra vez os digo: “Caminad en la luz, mientras todavía tenéis luz, para que los hombres puedan saber que sois hijos de la luz.”
46. Y Jesús se puso de pié y avanzó al pórtico del templo e hizo su último llamamiento a las multitudes, diciendo:
47. “Quien cree en mí, cree en el Dios que me ha mandado a hacer su voluntad, y quien me ve ahora, contempla a mi Padre Dios.”
48. “Mirad que viene como una luz para el mundo. Quien cree en mí caminará en la luz de la vida.”
49. “Hombres que me escucháis ahora, si no me creéis, no os juzgo.”
50. “No he venido a juzgar el mundo, sino a salvar el mundo.”
51. “Dios es el único Juez de los hombre. Pero lo que os he dicho os acusará en el día cuando Dios juzgue al mundo.”
52. “Porque de mí nada puedo decir. Hablo las palabras que Dios me da para que la hable.”
53. Y entonces dijo: “Jerusalem, con todas tus glorias y tus crímenes, adiós.”

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