lunes, 22 de diciembre de 2008

El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo (153)

Los cristianos van a Jerusalem. Notan que el árbol de higos se ha secado. Su significado simbólico. Jesús enseña en el templo. Es criticado por los sacerdotes. Relata una parábola del festín del rico.

1. El martes, temprano en la mañana, el maestro y los doce regresaron a Jerusalem.
2. Y al pasar los doce observaron que el árbol al que Jesús había hablado el día anterior tenia sus hojas mustias, como si hubieran sido tostadas por el fuego.
3. Y Pedro dijo: “Señor, ¿ves el árbol? Sus hojas están muertas y el mismo parece muerto.”
4. Y Jesús dijo: “Así le ocurrirá siempre a todo el que no dé fruto. Cuando Dios llame a cuentas, respirará sobre ellos y sus hojas, sus palabras vacías, se agotaran y decaerán.”
5. “El Dios creador no permitirá que los árboles estériles de la vida sean una carga a la tierra, sino que los arrancará y los arrojará a todos lejos.”
6. “Ahora bien, vosotros podéis demostrar el poder de Dios. Tened fe en Dios y podéis ordenar a las montañas que desaparezcan y ellas se derrumbarán a vuestros pies.”
7. “Y podéis hablar al viento y a las olas y ellas os oirán y obedecerán vuestro comando.”
8. “Dios oye la petición de fe y cuando le pidáis con fe, recibiréis.”
9. “No debéis pedir impropiamente. Dios no oye la petición de hombre alguno que viene a él con la sangre de otros hombres en las manos.”
10. “Y aquel que alberga pensamientos envidiosos y no ama a su prójimo, puede orar a Dios por siempre, sin que él le oiga.”
11. “Dios no puede hacer por los hombres más de lo que lo hombres harían por otros hombres.”
12. Y Jesús volvió a entrar a los patios del templo.
13. Los sacerdotes y los escribas estaban muy envalentonados por el concejo de Caifás y de los otros hombres de poder, por lo cual vinieron a Jesús y le dijeron:
14. “¿Quién te ha dado autorización? ¿Por qué arrojaste ayer del templo los mercaderes?”
15. Y Jesús contestándoles dijo: “Si me contestáis una pregunta, yo también contestare la vuestra: ¿Fue, Juan, el precursor, un hombre de Dios o un sedicioso?”
16. Les repugnaba a los escribas y a los fariseos contestar, de modo que razonaron entre ellos así:
17. “Si decimos que Juan fue un profeta enviado por Dios, él va a decirnos:”
18. “Juan testificó respecto de mí que yo soy hijo de Dios. Entonces ¿Por qué no creéis mis palabras?”
19. “Si decimos que fue audaz, sedicioso, el populacho se vendrá contra nosotros, porque cree que fue un profeta del Dios viviente.”
20. De modo que contestaron a Jesús diciendo: “No lo sabemos, no podemos decirlo.”
21. Entonces Jesús dijo: “Si no me lo decís, no os diré quien me dio poder para arrojar a los ladrones de la casa de Dios.”
22. Y entonces les habló una parábola y dijo: “En cierta ocasión, un hombre invitó a una fiesta a todos los ricos y honorables de su tierra.”
23. “Pero cuando los invitados llegaron, encontraron que la puerta de entrada a la sala del banquete era baja y que no podían entrar sino doblando la cabeza y poniéndose de rodillas.”
24. “Y como no podían doblar la cabeza y caer de rodillas, tuvieron que marcharse y no concurrieron a la fiesta.”
25. “Entonces el hombre mandó mensajeros a invitar a la gente ordinaria y a los del estado bajo a que vengan a comer con el.”
26. “Y estas gentes vinieron gustosas y doblaron las cabezas y cayeron de rodillas y entraron al Salón del banquete y se saciaron y todos estuvieron contentos.”
27. Entonces el maestro agregó: “Mirad vosotros, sacerdotes y escribas y fariseos, que el señor de los cielos y la tierra a preparado un suntuoso banquete al que fuisteis los primeros invitados.”
28. “Pero encontrasteis la puerta del salón del banquete demasiado baja, de modo que os compelía a doblar la cabeza y caer de rodillas para poder entrar, y entonces escarnecisteis al rey que había hecho la invitación, rehusando doblar la cabeza y caer de rodillas, de modo que os habéis marchado.”
29. “Pero Dios ha hecho otra invitación a las gente ordinarias y las del estado bajo han venido en multitudes, han entrado al banquete y todo lo han gozado.”
30. “Yo os digo hombres que los publícanos y las cortesanas pasan por los portones y entran al reino de los cielos y vosotros os quedáis afuera.”
31. “Juan vino a vosotros correctamente, trajo consigo la verdad, pero no le creísteis.”
32. “Pero los publícanos y las cortesanas le creyeron y fueron bautizados y entraron al banquete.”
33. “Yo os digo, como lo he dicho muchas veces; muchos han sido llamados, pero los escogidos son pocos.”

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