viernes, 14 de noviembre de 2008

El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo (115)

Jesús enseña en el mar. Relata la parábola del sembrador. Expresa por que enseña con parábolas. Explica la parábola. Relata la parábola del trigo y de la cizaña.

1. Y Jesús se quedó a la orilla del mar y enseño. Las multitudes lo estrechaban. Entró a un bote que estaba cerca, lo alejó de la playa y entonces, hablando en parábolas, dijo:
2.” Un sembrador tomó semillas y fue al campo a sembrar.”
3. “Con mano generosa regó la semilla. Parte cayó en el camino endurecido que los hombres habían hecho.”
4. “De modo que pronto fue tributada bajo el pie de otros hombres; y las aves descendieron y se llevaron la semilla.”
5. “Parte cayó en el terreno rocoso en el que había muy poca tierra vegetal; y creció y pronto apareció el tallo prometiendo mucho.”
6. “Pero como no había profundidad en el terreno, no había nutrición suficiente, de modo que cuando vino el calor del medio día, se secó y murió.”
7. “Parte cayó entre cardos y no encontró terreno en que crecer y se perdió.”
8. “Pero otra semilla cayó en terreno rico y suave y creció en abundancia, y al tiempo de la cosecha se encontró que en parte había dado ciento por uno; en parte, sesenta por uno, y en parte treinta por uno.”
9. “Los que tengan oídos para oír, que oigan; los que tengan corazón para comprender, que sepan.”
10. Sus discípulos estaban al lado de él en el bote, y Tomás le preguntó: “¿Por qué enseñas en parábolas?”
11. Y Jesús dijo: “Mis palabras, como las palabras de todos los maestros, tienen un sentido dual.”
12. “Para vosotros, los que conocéis el lenguaje del alma, mis palabras tienen significados demasiados hondos para que puedan ser comprendidas por los otros hombres.”
13. “El otro sentido de lo que digo es, para la multitud, todo lo que puede captar. Las palabras son alimentos para ellos. Su sentido oculto es alimento para vosotros.”
14. “Que cada cual reciba el alimento que evolutivamente esta capacitado para recibir.”
15. Y entonces, alzando la voz, habló para que todos lo pudieran oír, y dijo: “Oíd el significado de la parábola.”
16. “Los hombres oyen mis palabras y no las comprenden y el ego carnal pisotea la semilla y no aparece ni señal del espíritu de vida.”
17. “Esta es la semilla que cayó en el camino trillado por los hombres.”
18. “Y otros oyeron las palabras de vida y con celo ardiente las recibieron todas. Parecían comprender la verdad y prometían mucho.”
19. “Pero vinieron las dificultades, el descorazonamiento se levantó; no había profundidad en el pensamiento y las buenas intenciones se secaron y murieron.”
20. “Estas fueron las semillas que cayeron en terreno rocoso.”
21. “Y otros oyeron las palabras de verdad y pareció que se daban cuenta de su mérito, pero el amor de los placeres, la reputación, la riqueza o la fama llenaron toda su vida, de modo que las semillas de verdad no tenían espacio en que nutriese y se perdieron.”
22. “Estas son las semillas que cayeron entre cardos y espinos.”
23. “Pero otros oyeron las palabras de verdad y las comprendieron bien. Las enterraron en las profundidades de la conciencia del alma; vivieron la vida santa y por ello el mundo es bendecido.”
24. “Estas son las semillas que cayeron en terreno fértil, que produjo fruto abundante.”
25. “Galileos, fijaos cómo escucháis y cómo cultiváis vuestros terrenos. Porque si desdeñáis las posibilidades de esta hora, puede ser que el sembrador no regrese en esta edad, ni en la siguiente.”
26. Entonces Jesús habló otra parábola y dijo:
27. “Podría comparar el reino a un terreno en el que un hombre sembró semilla preciosa:”
28. “Pero mientras él dormía un malo fue y sembró una medida llena de cizaña, y se fue.”
29. “El terreno era bueno, de modo que sustentó la semilla y la cizaña. Y cuando los sirvientes vieron la cizaña entre el trigo, fueron al dueño del terreno y le dijeron:”
30. “De seguro que sembraste buena semilla. ¿De dónde entonces procede la cizaña?”
31. Y el dueño dijo: “Algún malo ha sembrado la semilla de la cizaña.”
32. Los sirvientes dijeron: “¿Quieres que vayamos y arranquemos de raíz la cizaña y la quememos al fuego?”
33. El dueño dijo: “No. Eso no seria bueno. El trigo y la cizaña crecerán estrechamente unidos en el terreno, de modo que, tratando de arrancar la cizaña, podéis hacer daño al trigo.”
34. “Dejémoslos pues crecer juntos hasta la cosecha. Entonces diré a los cosechadores:”
35. “Id y recoged la cizaña y atadla y quemadla al fuego; y recoged el trigo en mis graneros.”
36. Cuando así hubo hablado, salió del bote y se fue a su casa y los discípulos le siguieron.

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