lunes, 20 de octubre de 2008

Evangelio Acuario de Jesús El Cristo (90)

Jesús se va solo a la montaña a orar. Sus discípulos le encuentran. El llama a los doce y viajan a través de Galilea, enseñando y curando. En Tiberio, Jesús cura a un leproso. Los cristianos regresan a Cafarnaum. Jesús en su propia casa cura a un paralítico y hace conocer la filosofía de la curación y el perdón de los pecados.

1. El maestro cristiano desapareció. Nadie lo vio ir. Pedro, Santiago y Juan se pusieron a buscarle. Le encontraron en su lugar de cita en las colinas de Hammoth
2. Y Pedro dijo: “La ciudad de Cafarnaúm está enloquecida, la gente está apiñada en la calle y todo lugar está repleto.”
3. “Hombres, mujeres y niños en todas partes preguntan por el hombre que cura por obra de voluntad.”
4. “Tu casa y nuestras casas están llenas de enfermos que llaman a Jesús a quien llaman el Cristo ¿Qué hemos de decirles?”
5. Y Jesús dijo: “Una veintena de ciudades nos necesita y a todas ellas debemos repartirles el pan de la vida. Anda, llama a los demás y vámonos.”
6. Y Jesús y los doce fueron a Bethsaida donde Felipe y Nataniel moraban; y allí ellos enseñaron.
7. Las multitudes creían en el Cristo, confesaban sus pecados y eran bautizados, y entraban al reino del Uno Santo.
8. El maestro cristiano y los doce fueron a todos los lugares, a través de todas las poblaciones de Galilea, y enseñaban y bautizaban a todos los que venían en fe, y confesaban sus pecados.
9. Abrían los ojos de los ciegos, hacían oír a los sordos, arrojaban espíritus malos de los obsesos, y curaban enfermedades de toda clase.
10. Y Fueron a Tiberio sobre el mar, y mientras enseñaban se acercó un leproso y dijo: “Señor, yo creo. Si simplemente pronuncias la palabra, me limpiare.”
11. y Jesús le dijo: “Lo quiero.” Y un momento después el hombre se fue. Estaba limpio.
12. Y Jesús le recomendó: “No se lo digas a nadie pero anda, muéstrate a los sacerdotes y ofrece por tu limpieza lo que la ley demanda.”
13. El hombre estaba loco de contento. Pero no se fue a los sacerdotes sino a la plaza del mercado y a todos les contó lo que había ocurrido.
14. Entonces los enfermos en pelotones vinieron al curandero y a los doce, presionándolos duramente e implorando ser curados.
15. Y era tanta su presión que poco podía hacerse, de modo que los cristianos se escaparon de la vía congestionada y se fueron a lugares desiertos donde enseñaron a las multitudes que les siguieron.
16. Y después de muchos días los cristianos se fueron a Cafarnaum. Cuando corrió la noticia de que Jesús había regresado a su casa, las gentes vinieron y de tal modo llenaron la casa que, hasta la puerta no había sitio desocupado.
17. Y estaban presentes doctores, fariseos y escribas de la ley de todas las partes de Galilea y de Jerusalem. Y Jesús les abrió la vía de la vida.
18. Cuatro hombres trajeron a un paralítico en una camilla; y viendo que no podían pasar por la puerta elevaron al enfermo al techo y, abriendo una vía lo bajaron ante la faz misma del curandero,
19. Y Jesús le dijo al paralítico: “Hijo mío, siente el goce, todos tus pecados son perdonados”.
20. Y cuando los escribas y los fariseos oyeron lo que acababa de decir, dijeron “¿Por qué habla así? ¿Quién sino Dios puede perdonar los pecados de los hombres?”
21. Y Jesús captó su pensamiento; conoció que estaban disputando entre ellos y les dijo:
22. “¿Por qué disputáis entre vosotros? ¿En qué se diferencia si yo digo: tus pecados te son perdonados; o si digo: levántate, toma tu cama y anda?”
23. “Pero justamente para probar que los hombres pueden aquí perdonar los pecados de
los hombres, yo digo, (y entonces habló al paralítico)”:
24. “Levántate, toma tu cama y ándate.”
25. Y en la presencia de todos se levantó, tomó su cama y se fue.
26. Las gentes no podían comprender lo que veían y oían. Se decían entre ellos: este es un día que no olvidaremos; hemos visto cosas maravillosas en este día.
27. Y cuando las multitudes se hubieron ido, se quedaron sólo los doce, y Jesús les dijo a ellos:
28. “La fiesta judaica se aproxima; en la próxima semana iremos a Jerusalem para encontrarnos con nuestros hermanos de lugares distantes, y para abrir el camino para ellos a fin de que puedan ver al Rey.”
29. Los cristianos buscaron la quietud de sus hogares en los que permanecieron en oración por algunos días.

0 comentarios: