El Vaticano rompió el silencio y admite que podría existir vida extraterrestre (segunda parte)

Según fuentes del Vaticano, esto formaría parte de un programa de sensibilización muy ambicioso cuyo objetivo es que la Iglesia católica no se quede fuera del hipotético entramado oficial que se prepara para recibir a los extraterrestres no solo como una realidad teológica, sino como una auténtica alternativa que puede vencer al Mal de nuestro tiempo.

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Existe un grupo de personas que forman parte de una comisión secreta de estudios sobre ovnis, extraterrestres y otras cuestiones similares. Este colectivo, que actúa desde dentro del propio Vaticano, investiga todas las informaciones procedentes tanto de contactados como de grupos de estudio OVNI y de ufólogos. Su acervo es equiparable a los archivos de investigaciones realizadas por la Inteligencia militar de diferentes ejércitos en muchos países del mundo.
Uno de los papas que más se acercó al tema fue Juan XXIII, conocido como El papa bueno.Un pontífice que en sus famosas profecías, recopiladas por el periodista y escritor italiano Pier Carpi, asegura que “llegará un día en el que las luces volverán, y serán rojas, azules, verdes y veloces, y crecerán anunciando que alguien del pasado (...) volverá y se querrá reencontrar con los hombres de la Tierra...” (Le profezie del Papa Giovanni XXIII.Edizione Mediterranee, 1976. Italia). En 1963, Juan XXIII se reunió con el supuesto contactado George Adamski en la residencia de Castel Gandolfo, el lugar donde los papas acostumbran a pasar sus vacaciones. Al parecer, Adamski había recibido un mensaje extraterrestre que estaba dirigido al Papa y que le transmitió en aquel encuentro. Una cita en la que Su Santidad le entregó, en señal de reconocimiento, una medalla que hoy se ha convertido en un auténtico mito de la ufología pero sobre la cual existe registro documental. También el papa Pablo VI, Giovanni Battista Montini, se interesó por la cuestión extraterrestre, en especial por los presuntos mensajes enviados por otras civilizaciones. En este sentido, yo mismo tuve acceso a las cartas manuscritas, fechadas en la Navidad de 1966, que Pablo VI envió al presunto contactado italiano Eugenio Siracusa (MÁS ALLÁ, 212). En ellas Pablo VI deseaba a Siracusa éxito en su trabajo de divulgación a través del “Venerable Centro Studi Fratellanza Cosmica”(calificado así por el propio Pontífice). Pero si ha habido un papa claramente interesado en este tema ha sido, sin duda, Juan Pablo II.El papa Wojtyla no solo organizó una comisión secreta de estudio e investigación sobre estas cuestiones, sino que además era un gran entusiasta de las mismas.
Lo cierto es que cada vez más gobiernos de todo el mundo –Francia, Ecuador, Brasil, Uruguay, Reino Unido, México y España están desclasificando, aunque lentamente, sus documentos sobre ovnis, lo que implica el reconocimiento explícito de que llevan mucho tiempo estudiando el fenómeno y su posible repercusión en la opinión pública.
(Continuará)