lunes, 20 de octubre de 2008

El Vaticano rompió el silencio y admite que podría existir vida extraterrestre (última parte)

Los datos

A lo largo de la historia de la Iglesia hubo religiosos que dedicaron sus plegarias a los presuntos habitantes de otros planetas.

El jesuita Pietro Angelo Secchi (1818– 1878), astrónomo, consejero del Papa y director del Observatorio Astronómico Vaticano a mediados del siglo XIX, se refirió públicamente a la posibilidad de que existiera vida en otros planetas.
Para la Iglesia anglicana, los extraterrestres “no solo existen, sino que son también parte de la creación divina”, según un pronunciamiento oficial que se produjo en 1990. Una opinión compartida por representantes de algunas religiones orientales, entre ellos el Dalai Lama, cuya postura quedó claramente reflejada en las actas de Alma Ata (Kazajstán), elaboradas durante el Encuentro de la Concordia Espiritual celebrado en otoño de 1992.

La postura oficial de la Iglesia ortodoxa respecto a la posible existencia de vida extraterrestre quedó claramente reflejada en unas declaraciones realizadas el pasado 14 de mayo por el teólogo ruso Alexéi Ósipov, catedrático de la Academia Espiritual de Moscú. “Desde el punto de vista de la Teología ortodoxa –dijo–, no existen fundamentos suficientes para poder hablar de la posible existencia de civilizaciones extraterrestres que tengan intelecto y que sean capaces de crear.”

Juan XXIII tuvo un encuentro con un ser del más allá
Veinte años después de la muerte del papa Juan XXIII, su secretario personal y asistente, Loris Francesco Capovilla, reveló a la opinión pública que este pontífice había tenido supuestamente un encuentro físico con un extraterrestre en los jardines de Castel Gandolfo en julio de 1959. Según el relato de Capovilla, un objeto brillante y discoidal descendió sobre los jardines de la residencia veraniega de los papas, lo que provocó que tanto Juan XXIII como su asistente se arrodillaran y se preguntaran qué era aquello. Del objeto bajó un ser de apariencia humana y envuelto en una luz dorada con el que el Papa Bueno conversó telepáticamente durante largo tiempo. Sorprendentemente, la realidad de este episodio ha sido confirmada desde Ecuador por monseñor Higinio Alas Gómez, quien mostró al periodista, investigador y ufólogo Jaime Rodríguez un dossier oficial con información referente al caso, documentos que yo mismo recibí de manos de mi colega en la ciudad de Cali (Colombia), donde me encuentro realizando este trabajo. En la página 19 de citado informe se lee:“La vida y la concepción del papa Juan XXIII respecto a la cosmovisión del Universo y el hombre fue marcada por un suceso muy llamativo, hasta tal punto que después de ser contactado por un ser extraterrestre convocó a la realización del Concilio Ecuménico Vaticano II”. La página 20 continúa textualmente: “Narra el asistente: ‘El Papa y yo estábamos caminando por el jardín una noche del mes de julio de 1959 cuando observamos sobre nuestras cabezas una nave muy luminosa. Un extraño ser salió de la nave: tenía forma humana, a excepción de que su cuerpo estaba rodeado de una luz dorada y tenía orejas más alargadas que las nuestras. Su Santidad y yo nos arrodillamos. Este hecho ocurrió en la localidad papal veraniega de Castel Gandolfo, en Italia... Rezamos y cuando levantamos nuestras cabezas hacia el ser comprobamos que lo que estábamos viendo no era una visión, sino una realidad. El Santo Padre se levantó y caminó hacia el ser de luz. Estuvieron alrededor de 20 minutos uno frente a otro...”.

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