jueves, 2 de octubre de 2008

El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo (72)

Sección XV

SAMECH

EL PRIMER AÑO DEL MINISTERIO CRISTINO DE JESÚS.

Jesús en Jerusalén arroja a los mercaderes del templo. Los sacerdotes se resienten, y él se defiende desde el punto de vista de un judío leal. Habla a las gentes.


1. La época de la Pascua judía había llegado. Jesús dejó a su madre en Cafarnaúm y él se fue a Jerusalén.
2. Y moró con un saduceo, cuyo nombre era Judas.
3. Y cuando llegó a los patios del templo, las multitudes estaban allí para ver al profeta que las masas creían rompería el yugo romano, que restauraría el reino de Judá y gobernaría en el trono de David.
4. Y cuando le vieron venir dijeron: “¡Que viva! Mirad al rey.”
5. Pero Jesús no contestó, vio a los cambiadores de monedas en la casa de Dios y se apesadumbró.
6. Los patios habían sido convertidos en plazas de mercado, y los hombres vendían corderos y palomas para ofrecerlos en sacrificio.
7. Y Jesús llamó a los sacerdotes y les dijo: “Mirad que por una bagatela habéis vendido el templo del Señor.”
8. “Esta casa que fue destinada a oración es ahora guarida de ladrones. ¿Pueden el bien y el mal morar juntos en los patios de Dios? Yo digo que no.”
9. Hizo un azote de cuerdas y arrojó a los comerciantes, derribó sus mesas y tiró el dinero al suelo.
10. Abrió las jaulas de las aves cautivas y cortó las cuerdas que retenían a los corderos y los puso en libertad.
11. Los sacerdotes y los escribas se precipitaron afuera y lo abrían matado, pero fueron rechazados; el común de las gentes se levantó en su defensa.
12. Y entonces los gobernantes dijeron: “¿Quién es este Jesús a quién llamáis el rey?”
13. Las gentes dijeron: “Es el rey que libertará Israel.”
14. Los gobernantes dijeron a Jesús: “Hombre, si eres rey o Cristo, danos señales. ¿Quién te dio el derecho de arrojar a estos comerciantes?”
15. Y Jesús dijo: “No hay ni un solo judío leal que no diera su vida por salvar este templo, de vergüenza; en lo que he hecho, solo he obrado como un judío leal, y vosotros mismos podéis ser testigos de esta verdad.”
16. “Los signos de mi misión me seguirán en palabras y en hechos.”
17. “Y vosotros podéis derrocar este templo (y lo derrocaréis) y yo lo reconstruiré en tres días aún más gloriosos que antes.”
18. Desde luego se refirió a que ellos podían quitarle la vida, deshacer su cuerpo, el templo de la Santa Respiración, y al que él se levantaría otra vez.
19. Pero los judíos no comprendieron el significado de sus palabras y se rieron de sus pretensiones, y dijeron:
20. “Una multitud de hombres empleó cuarenta y seis años en construir esta casa y ahora este joven extranjero dice que él puede construirlo en setenta y dos horas. Son palabras ociosas y sus afirmaciones son ridículas.”
21. Y tomaron el azote con que arrojó del templo a los comerciantes y lo habrían arrojado; pero Filo que había venido de Egipto a la fiesta se puso de pie y dijo:
22. “Israelitas oídme: este hombre es más que hombre, cuidad pues lo que haceis. Yo mismo he oído a Jesús hablar, y el viento mismo se detuvo.”
23. “Y le he visto tocar a los enfermos y curarlos. Es el sabio por encima de los sabios de la tierra.”
24. “Y veréis levantarse esta estrella, y crecer hasta transformarse en el Sol de órbita llena de Rectitud.”
25. “No seáis apurados, esperad y tendréis la prueba de su misión.”
26. Y con esto, los sacerdotes sentaron el azote. Y Jesús dijo:
27. “Prepárate, ¡oh, Israel!, prepárate a encontrar a tu rey. Pero nunca podréis ver al rey mientras alberguéis el pecado como un ídolo precioso en vuestros corazones.”
28. “El rey es Dios, solo el puro de corazón puede ver la faz de Dios y vivir.”
29. Entonces los sacerdotes gritaron: “Este sujeto asegura que él es Dios. Este es un sacrilegio. Afuera con él.”
30. Pero Jesús dijo: “Ningún hombre me ha oído decir que yo soy el rey. Nuestro padre Dios es el rey. Como todo judío leal adoro a Dios.”
31. “Yo soy la luz del Señor encendida para iluminar la vía; y mientras tengamos la luz, caminaremos en la luz.”

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