viernes, 26 de septiembre de 2008

El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo (66)

Seis de los discípulos de Juan siguen a Jesús y vienen a ser sus discípulos. Les enseña. Se sientan en el silencio.

1. Entre los adherentes de Juan había muchos hombres de Galilea. Los más devotos eran Andrés, Simón, Santiago, Juan con Felipe y su hermano Betsaida.
2. Un día, mientras Andrés, Felipe y un hijo de Zebedeo conversaban con el precursor, el Logos vino, y Juan exclamó: “¡Mirad al Cristo! Mirad.”
3. Entonces los tres discípulos siguieron a Jesús, quien les preguntó “¿Qué buscáis?”
4. Y los discípulos le preguntaron: “¿Dónde vives?” A lo que Jesús contestó: “Venid y ved.”
5. Y Andrés llamó a su hermano Simón, diciéndole: “Ven conmigo, porque he encontrado al Cristo.”
6. Cuando Jesús vio la cara de Simón, dijo: “¡Mirad una roca! Y Pedro es tu nombre.”
7. Y Felipe encontró a Nataniel sentado bajo un árbol y le dijo: “Hermano mío, ven conmigo porque he encontrado al Cristo. En Nazaret mora. »
8. Nataniel dijo: “¿Puede salir algo bueno de Nazaret?” Y Felipe le contestó: “Ven y ve.”
9. Cuando Jesús vio que Nataniel venía, dijo: “Mirad un israelita en quien no hay engaño.”
10. Nataniel dijo: “¿Cómo puedes hablar así de mí?”
11. Y Jesús dijo: “Te vi cuando estabas sentado al pie del higo que está allá antes que tu hermano te llamara.”
12. Nataniel levantó las manos y dijo: “Este seguramente es el Cristo, el rey respecto de quien el Precursor ha testificado constantemente.”
13. Y Juan fue, y encontró a su hermano Santiago, y lo trajo al Cristo.
14. Los seis discípulos fueron con Jesús al lugar donde él moraba.
15. Y Pedro dijo: “Largo tiempo hemos buscado al Cristo. Vinimos de Galilea a donde Juan; creímos que era el Cristo, pero él nos confesó que no lo era.”
16. “Que él no era sino el precursor enviado a limpiar la vía y a hacer transitable la vía al rey que venía. Y cuando tú viniste dijo: ¡Mirad al Cristo!”
17. “Y estaremos felices de seguirte a donde vayas. Señor, dinos lo que tenemos que hacer.”
18. Y Jesús dijo: “Las zorras de la tierra tienen casas, las aves tienen nidos; yo no tengo lugar en que reclinar la cabeza.”
19. “Quienes me sigan tienen que abandonar todo apetito egoísta y perder su vida salvando la vida.”
20. “Vine a salvar a los perdidos, y el hombre se salva cuando se rescata a sí mismo. Pero el hombre es lento en la comprensión de esta doctrina del Cristo.”
21. Y Pedro dijo: “No puedo hablar por otros, pero de mí si decir: todo lo abandonaré para seguirte a donde me guíes.”
22. Y entonces los otros dijeron: “Tú tienes la palabra de la verdad; tú viniste de Dios, y si seguimos tus huellas, no podemos errar en la vía.”
23. Entonces Jesús y los seis discípulos se sentaron por largo, largo tiempo en pensamiento silente.

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