domingo, 31 de agosto de 2008

Evangelio de Jesús El Cristo (41)

Jesús le preguntó a la gente sobre la fuente curativa, revela el hecho de que es la fe el factor potente en las curaciones, y muchos son curados por fe.

1. Cerca de Persépolis existía un manantial que las gentes llamaban la Fuente Curativa.
2. Y todos creían que en una cierta época del año, su deidad descendía y daba virtud a las aguas de la fuente y que los enfermos que a ella se tiraban y se lavaban allí, se curaban.
3. Alrededor de la fuente había una multitud de gente esperando que el Uno Santo venga y dé poder curativo a las aguas de la fuente.
4. Los ciegos, los cojos, los sordos, los mudos y los obesos estaban allí.
5. Y Jesús, en medio de ellos, exclamó: “Mirad la fuente de la vida. Estas aguas que decaerán son honradas como la bendición especial de vuestro Dios.”
6. “¿De dónde les viene su poder curativo? ¿Por qué es vuestro Dios tan parcial con sus regalos? ¿Por qué bendice este manantial hoy y mañana le retira su bendición?”
7. “Una deidad de poder podría llenar de virtud estas aguas diariamente.”
8. “Oídme vosotros los enfermos, los desconsolados, la virtud curativa de esta fuente no es un regalo de Dios.”
9. “La fe es el poder curativo de cada gota de todas las aguas de este manantial.”
10. “El que cree con todo su corazón que se va a curar lavándose en esta fuente, se curará cuando se lave, pudiendo lavarse en cualquier tiempo.”
11. “Tírense ahora todos los que tengan fe en Dios y en sí mismos en estas aguas y lávense”
12. Y muchos de la muchedumbre se tiraron a la fuente cristalina y se curaron.
13. Entonces hubo un tropel y todas las gentes, inspiradas por la fe, se disputaban para ser los primeros en lavarse, no sea que toda la virtud sea absorbida.
14. Y Jesús vio una niña, débil, desfallecida y sin ayuda que estaba esperando sentada sola más allá de la agitada multitud, sin que haya quien la ayude a entrar en la fuente.
15. Y Jesús dijo: “Mi chiquitina ¿Por qué estás sentada esperando? ¿Por qué no te levantas para ir a la fuente y lavarte y curarte?”
16. La niña contestó: “No necesito apurarme. Las bendiciones de mi Padre en el firmamento no se miden por copitas, ni faltan nunca. Las virtudes de esas bendiciones son las mismas eternamente.”
17. “Cuando aquellos cuya fe es débil hayan terminado su apuro de lavarse por miedo de que su fe se debilite, estas aguas serán exactamente tan poderosas como antes para mí.”
18. “Entonces puedo ir y quedarme allí por largo, largo tiempo, en las aguas benditas del manantial.”
19. Y Jesús dijo: “¡Mirad un alma maestra! Vino al mundo a enseñar a los hombres el poder de la fe.”
20. Entonces levantó a la niña y dijo: “¿Por qué esperas cosa alguna? El aire mismo que respiramos está lleno del bálsamo de la vida. Aspira este bálsamo de la vida con fe y cúrate.”
21. La niña aspiró el bálsamo de vida con fe y se curó.
22. Las gentes estaban maravilladas de lo que oían y veían y dijeron: “Este hombre verdaderamente debe ser el Dios de la salud hecho carne.”
23. Y Jesús dijo: “La fuente de la vida no es un charco, es tan amplio como lo son los espacios de los cielos.”
24. “Las aguas de la fuente son amor, su potencia es fe y el que se tira a lo profundo de los manantiales de vida con fe viviente, puede lavar su culpabilidad y curarse y liberarse del pecado.”

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