viernes, 8 de mayo de 2009

La constancia de la velocidad de la luz no está exenta de incertidumbre (primera parte)

Una confrontación entre Transmultiversalidad, Relatividad y Teoría Cuántica

La velocidad de la luz es considerada como una constante fundamental de la Naturaleza. Sin embargo, de acuerdo con la teoría de la Transmultiversalidad, el hecho de que toda forma de existencia esté en constante transformación o diferenciación, implica la imposibilidad de fenómenos repetibles. Visto así, el espacio y los relojes no permanecen invariables y desde esta perspectiva la determinación de valores constantes en un contexto espacio-temporal siempre está ligada a la incertidumbre. Esto implica, desde luego, una contradicción medular entre la Transmultiversalidad y las dos teorías más importantes de la física contemporánea, la Relatividad y la Física Cuántica.



A usted le dan la tarea de determinar el tiempo que demora un objeto en recorrer una distancia entre dos puntos, A y B. Si usted es de los que acepta que todo cuanto existe está en constante transformación, no podría cumplir dicha tarea sin escapar de la incertidumbre.
Resulta que en realidad el objeto que sale del punto A no es el mismo que llega al B, como tampoco lo son el espacio ni el reloj encargado de medir el tiempo, pues continuamente usted, el objeto, el espacio y el reloj son diferentes. En la vida cotidiana tal enfoque carece de importancia, pero es determinante para la física actual.
La Transmultiversalidad se basa en un mundo que sólo puede hallarse en diferenciación perpetua e irrepetible, el Transmultiverso, en el cual no es posible determinar con exactitud valores constantes o repetibles según el enfoque espacio-temporal. Semejante postulado sitúa a esta teoría en franca contradicción con la Relatividad y la Física Cuántica.

La velocidad de la luz y la Transmultiversalidad
La velocidad de la luz en el vacío es considerada una constante fundamental de la naturaleza. Sin embargo, desde la Transmultiversalidad es imposible asumir un hecho como invariable, pues todo se está transformando continuamente. Visto así, la definición de tiempo y espacio quedan concatenados en un círculo vicioso.
En el contexto actual, 1 metro equivale a la longitud recorrida por la luz en el vacío en un intervalo de tiempo de 1/299.792.458 de segundo. Pero en Transmultiversalidad tanto el espacio como los relojes son considerados continuamente diferentes, por tanto, nunca un metro será igual otro metro y nunca un segundo será igual a otro segundo, resulta entonces que cualquier medición espacio-temporal es siempre diferente. Si se dispone de un reloj, no importa si es de sol, mecánico o atómico, éste al igual que todo el Transmultiverso se estará transformando continuamente de manera independiente en sí mismo y por ende en “la supuesta lectura” del tiempo que registra, así, cada segundo que un reloj rastree nunca será igual a otro segundo, pues continuamente se trata de otro reloj transformado.
(Continuará…)

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