jueves, 29 de enero de 2009

Guía para moldear el cerebro (primera parte)

Nuestro cerebro está formado por nuestra experiencia y va cambiando por la interacción del entorno.

· La educación modela el cerebro.
· Mantener activo el cerebro lo hace funcionar mejor.
· El amor hace crecer el cerebro.
· Podemos fortalecernos físicamente con sólo realizar ejercicios con la imaginación.
· El cerebro cambia físicamente con lo que hacemos y pensamos.
· Hablar con los niños aumenta la imaginación.


Somos los escultores de nuestro propio cerebro.

A través de los sentidos y en red con el cerebro, la energía cerebral es transmutada en electricidad. Esta energía se transforma mediante lo que elegimos hacer y decir. Las conversaciones que mantenemos, los hechos que presenciamos y el amor que recibimos cambian físicamente nuestro cerebro.

A mediada que vivimos, la experiencia nos remodela poco a poco.

En la química de las sinapsis (conexión de neuronas), se guarda la memoria de los cambios causados por la experiencia y el aprendizaje.

· Cuando recordamos a alguien, no sólo se refuerza el recuerdo de esa persona, sino que contenemos y reprimimos los recuerdos de otras.
· Todo lo que pensamos, vemos, aprendemos y hacemos depende de las descargas de las células cerebrales y de la transmisión de los impulsos electroquímicos a lo largo y ancho de una vasta telaraña. Nuestros procesos mentales están moldeando y reformando constantemente las conexiones entre estas redes de células cerebrales.
· Cuantos más estudios ha tenido una persona, mayor complejidad y cantidad de ramificaciones (dendritas) hay en las neuronas de las áreas cerebrales del lenguaje.
· Imaginarse mentalmente un movimiento pone en funcionamiento la misma maquinaria cerebral que prepararse para hacer ese movimiento. En consecuencia, imaginarse un movimiento no es muy distinto de hacer de verdad ese movimiento en lo que atañe al cerebro. La práctica mental no sólo puede hacerlo estar en mejor forma y mejorar sus capacidades, sino que también modifica el cerebro.
· El cerebro de la gente culta tiene redes más ricas y complejas de neuronas interconectadas que los de individuos de escasa cultura.
· Lo que hacemos y pensamos cambia el diseño de conexiones de las redes neurales.
· El saber dónde y cuándo uno aprendió algo ayuda a volver atrás y verificar la información y quizás acceder a nueva información en el proceso. Si podemos recordar dónde leímos algo, esa memoria puede activar otras cosas que leímos en la misma página.

(Continuará…)

0 comentarios: