martes, 27 de enero de 2009

Filosofía de un revolucionario

Trabajo, discreción y creatividad. Buena parte del éxito del bangladeshí, Muhammad Yunus (Premio Nobel de la Paz 2006) se debe a su ingenio, a su forma novedosa de abordar los viejos problemas, sobre todo en lo que se refiere al funcionamiento del sistema bancario. Y es que su filosofía vital se resume en un solo precepto: ser útil a los demás. Por ello ideó un sistema económico para erradicar la pobreza que hasta ahora ha beneficiado a 130 millones de personas desfavorecidas en todo el mundo. Se trata de los microcréditos: pequeños préstamos que permiten fundar empresas modestas. En los últimos treinta años los microcréditos se han implantado en todos los continentes.

Estas son algunas de sus reflexiones:

–“Los grandes problemas son la suma de otros pequeños. Por ese motivo es necesario ir resolviéndolos uno a uno si se quiere encontrar la solución final. Para ello se puede recurrir a acciones sociales y económicas, incluidos los negocios de carácter social.”

–“Hay que seleccionar la acción que parezca más eficaz en función de las circunstancias.”

–“No siempre se debe abordar los problemas finales a través de iniciativas globales o grandes negocios. Puede empezarse con una acción pequeñita. Si se le da la forma adecuada, podrá crecer y alcanzar el tamaño necesario a su debido tiempo.”

–“Es preciso dejar que intervenga la creatividad. Si tenemos algún amigo que quiera participar, mucho mejor.”

La fórmula...de la felicidad
“No tengo que ser una cosa y aparentar otra, es decir, creer en una cosa y luego hacer otra. Soy afortunado porque nunca he tenido que trabajar bajo órdenes de otros ni hacer cosas que fueran contrarias a lo que quería hacer. Para mí el trabajo y el ocio son lo mismo. Eso hace que me sienta feliz”.

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