lunes, 1 de diciembre de 2008

Energía sanadora

Nada misterioso sucede cuando una persona se somete a la imposición de manos. Partiendo de la base de que se cree en el aura o campo energético que envuelve el cuerpo del ser humano y penetra en él, se podrá comprender mejor el proceso de “sanación espiritual”, como se lo suele llamar.

Ese campo energético está íntimamente relacionado con la salud y el bienestar de las personas. Cuando alguien está enfermo, refleja una energía estancada o desequilibrada que altera el aura y la mancha de colores oscuros. De lo contrario, cuando una persona está saludable, lo rodearán colores brillantes.
El verdadero sanador será entonces quien tenga una elevada percepción sensorial que le permita ver, oír, tocar, gustar y oler cosas que no son simples de ser percibidas por la totalidad de las personas. Podrá abarcar problemas físicos como psicológicos y aportar los medios para resolver esos inconvenientes.
En esta práctica se suele tomar como premisa que la mayoría de las enfermedades son psicosomáticas o causadas por una combinación de traumas psicológicos y traumatismos físicos, y se trata de revertir el proceso patológico.
Cuando impone sus manos, el sanador trabajará entonces en el campo energético de la persona para reequilibrarlo, cuando esto sucede se genera salud.

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