lunes, 1 de diciembre de 2008

El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo (132)

Jesús defiende a un hombre que ha sido sentenciado por robar pan. Se revoca la sentencia. El hombre sale libre y las gentes proveen las necesidades de su hambreada familia.

1. Una gran multitud llenaba las calles. Los policías conducían al tribunal a un hombre acusado de haber robado pan.
2. Y en un momento el hombre estuvo ante el juez a contestar la acusación.
3. Y Jesús y los doce entraron con la multitud. El hombre mostraba en la cara y en las manos las líneas profundas producidas por el trabajo y la miseria.
4. Una mujer ricamente ataviada, la acusadora de este hombre, avanzó y dijo: “Yo misma le capturé. Lo conozco bien porque ayer vino mendigando pan.”
5. “Y cuando le arrojé de mi puerta, debió darse cuenta de que no albergo hombre como él; y hoy regresó y se cogió el pan.”
6. “Es un ladrón y demando que se lo mande a la cárcel.”
7. Los sirvientes declararon también contra el hombre de modo tal que fue sentenciado como ladrón y los policiales comenzaron a llevarle a la cárcel.
8. Entonces Jesús avanzó y dijo: “Policiales y Juez, no os queréis en llevaros a este hombre.”
9. “¿En ésta una tierra de justicia y de derecho? ¿Puede aquí acusarse y sentenciarse a un hombre en castigo de crimen alguno sin habérsele oído?”
10. “La Ley Romana no permite semejante atentado contra el derecho y yo exijo que se le permita hablar.”
11. Entonces el Juez ordenó que volvieran a traerle al hombre, al que dijo: “Si tienes algo que decir, dilo.”
12. El hombre lloró y dijo: “Tengo esposa e hijos que están pereciendo de hambre. Lo he dicho muchísimas veces mendigando pan, pero nadie ha querido darme oídos.”
13. “Esta mañana al salir de mi tugurio desolado en busca de trabajo, mis hijos lloraban de hambre. Entonces resolví que hoy les daría pan o me moriría.”
14. “Yo cogí pan y apelo Dios que diga si aquello fue crimen.”
15. “Esta mujer me lo arrancó de las manos y lo tiró a sus perros y llamó a los policiales y me hizo traer aquí.”
16. “Buenas gentes, hacer conmigo lo que queráis, pero salvad a mi mujer y a mis hijos de que mueran de hambre.”
17. Entonces Jesús dijo: “¿Quién es el delincuente en este caso?”
18. “Yo acuso a esta mujer como criminal ante los ojos de Dios.”
19. “Yo acuso a este Juez como a criminal ante el Tribunal de los Derechos del Hombre.”
20. “Y acuso a estos policiales como cómplices del crimen.”
21. “Yo acuso a los habitantes de Cafarnaúm de crueldad y de robo por no haber oído los clamores de la pobreza y de la miseria y por haber retenido de los desvalidos lo que es suyo por toda ley de justicia.”
22. “Y poniendo por Jueces a todos los que aquí están presentes, pregunto ¿No están mis acusaciones basadas en justicia y verdad?”
23. Y todos contestaron: “Si.”
24. Entonces dijo Jesús: “Dad a este hombre lo que necesita y dejadlo ir y alimentad a su mujer y a sus hijos.”
26. Y las gentes dieron en abundancia y el hombre se fue.
27. Y Jesús dijo: “No hay pauta férrea para juzgar a un hombre o un crimen. Hay que pesar los hechos antes de sentenciar cada caso.”
28. “Y vosotros hombres de corazón de corazón colocaos en la posición de este hombre y decidme ¿Qué habríais hecho?”
29. “Todo ladrón piensa que todos son ladrones, que todos roban y así juzga y sentencia a todos.”
30. “El hombre que a todos critica es el que tiene lleno de sentimientos perversos el corazón.”
31. “La cortesana oculta que mantiene exterioridades de respetabilidad y de posición social no tiene ni una palabra de piedad para la cortesana pública que se considera igual a ella.”
32. “Yo os digo hombres que si no censuráramos sino cuando estuvieron absolutamente seguro de ser perfectos, el mundo pronto olvidaría el significado de la palabra acusado.”

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