miércoles, 10 de diciembre de 2008

El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo (141)

Jesús habla frases de aliento. Reprende a un oficios fariseos. Concurre a un matrimonio. Cura a un hidrópico. Reprende a los huéspedes que se disputan los asientos de honor. Relata la parábola de una fiesta de matrimonio.

1.Y Jesús fue a otra población de la costa y habló palabras de aliento a los que le seguían.
2. Y uno avanzó y dijo: “Señor ¿son pocos los que entran en la vía?”
3. Y Jesús dijo: “La vía que conduce a la vida es escabrosa; la entrada es estrecha y bien custodiada; pero todo el que busca en fe, encontrará la vía y los que conocen la Palabra pueden entrar.”
4. “Pero hay muchos que buscan la vía tan sólo por motivos egoístas. Entonces golpean ruidosamente el portón de la vía; pero éste está inmovible.”
5. “El vigía desde la torre dice: No te conozco, tu lenguaje es de Ashod y tus vestidos son los del pecado. Parte pues y sigue tu camino.”
6. “Y toman su camino llorando y rechinando los dientes.”
7. “Y se enfurecerán cuando vean a su padre Abraham con Isaac, Jacob y los profetas descansando en el reino del Cristo y ellos mismos expulsados.”
8. “Y yo os digo que vendrán hombres de tierras lejanas: del Este, del Oeste, del Norte y del Sur, que se sentarán conmigo en conciencia de vida.”
9. “Yo os digo que los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos.”
10. “Todo hombre es llamado al reino del Cristo; pero pocos son los escogidos, porque sólo los puros de corazón pueden ver al rey.”
11. Y mientras hablaba, vino un fariseo que dijo: “Galileos, si queréis salvar vuestras vidas, no os quedéis aquí, huid rápidamente porque Herodes ha jurado mataros y en este instante sus oficiales os están buscando.”
12. Y Jesús dijo: “¿Por qué será que los fariseos se preocupan tanto de salvarnos la vida?” Y entonces les dijo al hombre que había hablado:
13. “Anda y di a ese zorro taimado: Mira que curo a los enfermos y arrojo a los espíritus todavía impuros, hoy, mañana y en los días siguientes; y entonces triunfaré.”
14. “Anda y díselo. Nada tengo que temer en Galilea, pues es en Jerusalem donde tengo que encontrar la ira cruel de los hombres.”
15. Y mientras permanecían en el lugar, un hombre, un fariseo, invitó a Jesús y a unos pocos de los que le seguían a comer con él en Sábado, para celebrar el matrimonio de su hijo.
16. Entre los huéspedes había uno que sufría de hidropesía.
17. Y Jesús dijo a los que habían sido enviados a pescar palabras de sus labios, por las que puedan acusarle de algún crimen:
18. “¿Qué decís vosotros, abogados y fariseos, acerca de la ilegalidad de curar en Sábado? Aquí está un hombre, precisamente uno de vosotros, malamente enfermo.”
19. “¿Diré yo, en la fortaleza misma de Dios, la Palabra curativa que cure a este hombre?”
20. Los abogados y los fariseos se quedaron mudos; no contestaron.
21. Entonces Jesús habló la Palabra curativa y curó al hombre que gozoso se fue por su camino.
22. Entonces Jesús dijo otra vez a los abogados y fariseos: “¿Quién de vosotros que tiene un caballo y una vaca que ha caído en un abismo en día Sábado, no llamará a sus amigos a que le ayuden a sacarlo?”
23. Y no hubo un solo hombre que conteste: “Yo.”
24. Y observando Jesús a los invitados notó que se apiñaban alrededor de los asientos de honor. Entonces les dijo:
25. “Hombres egoístas: ¿por qué os disputáis los asientos de honor cuando no sois sino invitados ordinarios? No mostráis al anfitrión las cortesías de la vida.”
26. “Cuando un hombre es invitado a un matrimonio debería tener el tacto de sentarse en sitio modesto hasta que el anfitrión le señale el sitio en el que quiera que se siente.”
27. “Pudiera ser que tomareis el asiento más honorífico sin que nadie os lo haya ofrecido y que, cuando llegue el invitado de honor, el anfitrión os pida que desocupéis este sitio y toméis un lugar modesto para que él pueda honrar a su invitado más merecedor. Entonces no podréis evitar ruborizaros por la vergüenza que os cause la humillación.”
28. “Más si tomáis el asiento más humilde y el anfitrión os ruega que ocupéis el sitio más prominente porque quiere honraros, sois considerados como el huésped de honor.”
29. “En tal caso notamos un principio de la vida: el que se exalte, será humillado, y el que se humille modestamente, será exaltado ante los ojos de los hombres.”
30. Entonces Jesús dirigiéndose a todos los invitados dijo: “Cuando deis una fiesta no lo hagáis para los amigos, los parientes o los ricos.”
31. “Porque éstos consideran que tal invitación les hacéis tan sólo para que ellos os den una fiesta más grande en pago de la deuda.”
32. “Si pues dais una fiesta, invitad más bien a los pobres, los cojos y los ciegos. Al hacerlo así os atraéis bendiciones pues bien sabéis que ellos no pueden dar nada en compensación. Pero sois recompensados con la conciencia de que estáis ayudando a los necesitados.”
33. Entonces habló una parábola y dijo: “Un rico preparó una fiesta. Mandó a sus sirvientes a invitar a lo más florido de la población que desdeñaba ir a tal fiesta, de modo que enviaron excusas que pudieran satisfacer al que pretendía ser su anfitrión.”
34. Y uno dijo: “Acabo de comprar un pedazo de terreno y tengo que ir a hacer registrar la escritura, por lo que pido que me excusen.”
35. Otro dijo: “He comprado un rebaño de corderos y tengo que ir a recibirlos, por lo que pido que me excusen.”
36. Otro dijo: “Hace poco me casé de modo que no puedo dejar sola a mi mujer: por lo que pido que me excusen.”
37. “Y cuando regresaron los sirvientes y dijeron al hombre que había preparado la fiesta que los invitados no querían venir.”
38. “El hombre se apesadumbró en su corazón y entonces mandó a sus sirvientes a calles y callejones a traer a la fiesta a los pobres y a los cojos y los ciegos.”
39. “Y los sirvientes fueron y encontraron a los pobres, los cojos y los ciegos y los trajeron; pero como todavía había sitio para más.”
40. “El anfitrión mandó a sus hombres de armas a que le trajeran por la fuerza gente a la fiesta, y entonces la casa se llenó.”
41. “Dios hizo una fiesta para los hombres. Muchísimos años hace envió a sus sirvientes a invitar a los hijos favoritos de los hombres que no quisieron atender la invitación y que no vinieron a la fiesta.”
42. “Entonces mandó a sus sirvientes a los extraños y a las masas a que vinieran, pero todavía había sitio para más.”

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