Según la esoterista, La Urano, la luz es una ilusión y la oscuridad es el todo, la noche. Es un fondo por el que puede manifestarse la luz y que ésta nos sigue a nosotros y enfoca nuestro propio campo vibratorio para enlazarnos con los demás.
¿Tiene más poder la luz o la oscuridad es más potente?
La luz es lo más hermoso que hay, pero se manifiesta en la oscuridad. No es un poder, el significado se lo ponemos nosotros y el destino. Pero tiene que haber un opuesto para que se valore alguno de los extremos, cualquiera que se elija. En la apoptosis, que es un fenómeno celular se mueren millones de células para que puedan vivir otras. Es una pulsión, una fuerza más que un poder.
¿Es más fácil estar en la oscuridad?
Ser malo es fácil, común. La luz tiene una pulsión celular que ilumina hasta el cerebro. Pasamos por un proceso de pulsiones energéticas eléctricas que dan luz a los sentidos en una oscuridad que es nuestro propio destino a descubrir.
Si tenemos guías, ¿por qué no tenemos paz?
La paz es una ilusión, una meta. ¿Qué paz puede haber con tantos sentidos despertándose en el plano mental? Se trata de control, no de paz. Optimismo, fe. La fe da paz.
¿Cómo ponemos esa fe y esa luz en movimiento?
La fe es una visión futura. La realidad intangible, lo veraz. A la luz no se la sigue porque enceguece. No se la puede ni mirar bien, la luz nos sigue a nosotros y enfoca nuestro propio campo vibratorio y nos enlaza con otros.
¿No podemos guiarnos por la luz?
La luz crea la posibilidad de ver y ver es limitado. Está limitado por el chip celular de cada uno. Tiene un camino, límites, abarca una fracción de tiempo y espacio y no al todo. El todo es la oscuridad, el inconciente es el todo mismo y la conciencia fragmentos de ese todo.
Si la luz se maneja en una fracción de tiempo y espacio, ¿cómo podemos ser más optimistas?
Si uno sigue con vida para poder surcar los siguientes tiempos y espacios, ¿para qué ser pesimistas? Sobre todo a sabiendas de un programa particular que te armará escenarios y visiones especiales como pistas de tu destino.
Al destino hay que esperarlo para ver adónde nos lleva. ¿No vivimos una época dónde todo tiene que ocurrir al minuto?
¿Adónde vamos tan rápido? Si llegar es dar fin, morir. Es una época en que se aceleró el tiempo. Pero nadie sabe adónde ir tan rápido. Y a la muerte la esquivamos, nadie quiere morir.
Pero hay algo que no se define por la luz o la oscuridad. Es algo que viene de adentro de uno y que tiene que ver con una energía que rompe y hiere y se hiere...
Pulsiones, se disparan cientos de impulsos eléctricos entre los neurotransmisores. Liberarse de eso sería dejar de ser. La expresión es pura y destinal. Optimismo, fe, no tienen precio, eso es la libertad. Los cambios existen en cada célula, el Sol sale todos los días. Y todos los días no se sufre. Esa intensidad que tenemos a la que algunos llaman sufrimiento, yo la llamo profundidad, capacidad, visión, humanismo, integridad, fidelidad, amor, veracidad, don.
¿Se pueden dominar a los peces más idiotas y así generar masa crítica?
Ladrillos de una construcción. No son idiotas los ladrillos ni menos que la construcción misma. El todo antes que las partes es lo más óptimo para visualizar en toda crítica.
¿Se puede cambiar el mundo generando masa crítica?
Eso sería una expansión de una unidad. Para eso debe haber resonancia, si la hay explota todo. Las moléculas son uniones de elementos diferentes. Nada puede generar un grupo sino es en base a la diferencia. De otra manera sería como una fibra óptica, un caudal de lo mismo dirigiéndose al mismo lugar. Ese efecto no tiene creatividad, el efecto creador dador de más vida. Debemos ser libres y no conducidos. Guiados, pero no esclavizados. Ya el destino atormenta.
¿Libres de qué?
De un único camino, de mi entorno, para poder observar la variedad. Para ver el cielo cuando quiera y moverme por mis propias motivaciones. Nada me obliga a ir como los otros. Mi entorno afectará mi elección y mi vida mi camino. Busquemos la luz y la paz. Pero yo, mientras estoy en esta cajita, y no en otra, en este país y no en otro, en este cuerpo y no en otro, como decía el maestro Jung: el alma primero debe individualizarse y luego pertenecer. Somos iguales porque habitamos el mismo planeta pero cada uno cumple una fracción de tiempo y espacio determinada.
¿Tiene más poder la luz o la oscuridad es más potente?
La luz es lo más hermoso que hay, pero se manifiesta en la oscuridad. No es un poder, el significado se lo ponemos nosotros y el destino. Pero tiene que haber un opuesto para que se valore alguno de los extremos, cualquiera que se elija. En la apoptosis, que es un fenómeno celular se mueren millones de células para que puedan vivir otras. Es una pulsión, una fuerza más que un poder.
¿Es más fácil estar en la oscuridad?
Ser malo es fácil, común. La luz tiene una pulsión celular que ilumina hasta el cerebro. Pasamos por un proceso de pulsiones energéticas eléctricas que dan luz a los sentidos en una oscuridad que es nuestro propio destino a descubrir.
Si tenemos guías, ¿por qué no tenemos paz?
La paz es una ilusión, una meta. ¿Qué paz puede haber con tantos sentidos despertándose en el plano mental? Se trata de control, no de paz. Optimismo, fe. La fe da paz.
¿Cómo ponemos esa fe y esa luz en movimiento?
La fe es una visión futura. La realidad intangible, lo veraz. A la luz no se la sigue porque enceguece. No se la puede ni mirar bien, la luz nos sigue a nosotros y enfoca nuestro propio campo vibratorio y nos enlaza con otros.
¿No podemos guiarnos por la luz?
La luz crea la posibilidad de ver y ver es limitado. Está limitado por el chip celular de cada uno. Tiene un camino, límites, abarca una fracción de tiempo y espacio y no al todo. El todo es la oscuridad, el inconciente es el todo mismo y la conciencia fragmentos de ese todo.
Si la luz se maneja en una fracción de tiempo y espacio, ¿cómo podemos ser más optimistas?
Si uno sigue con vida para poder surcar los siguientes tiempos y espacios, ¿para qué ser pesimistas? Sobre todo a sabiendas de un programa particular que te armará escenarios y visiones especiales como pistas de tu destino.
Al destino hay que esperarlo para ver adónde nos lleva. ¿No vivimos una época dónde todo tiene que ocurrir al minuto?
¿Adónde vamos tan rápido? Si llegar es dar fin, morir. Es una época en que se aceleró el tiempo. Pero nadie sabe adónde ir tan rápido. Y a la muerte la esquivamos, nadie quiere morir.
Pero hay algo que no se define por la luz o la oscuridad. Es algo que viene de adentro de uno y que tiene que ver con una energía que rompe y hiere y se hiere...
Pulsiones, se disparan cientos de impulsos eléctricos entre los neurotransmisores. Liberarse de eso sería dejar de ser. La expresión es pura y destinal. Optimismo, fe, no tienen precio, eso es la libertad. Los cambios existen en cada célula, el Sol sale todos los días. Y todos los días no se sufre. Esa intensidad que tenemos a la que algunos llaman sufrimiento, yo la llamo profundidad, capacidad, visión, humanismo, integridad, fidelidad, amor, veracidad, don.
¿Se pueden dominar a los peces más idiotas y así generar masa crítica?
Ladrillos de una construcción. No son idiotas los ladrillos ni menos que la construcción misma. El todo antes que las partes es lo más óptimo para visualizar en toda crítica.
¿Se puede cambiar el mundo generando masa crítica?
Eso sería una expansión de una unidad. Para eso debe haber resonancia, si la hay explota todo. Las moléculas son uniones de elementos diferentes. Nada puede generar un grupo sino es en base a la diferencia. De otra manera sería como una fibra óptica, un caudal de lo mismo dirigiéndose al mismo lugar. Ese efecto no tiene creatividad, el efecto creador dador de más vida. Debemos ser libres y no conducidos. Guiados, pero no esclavizados. Ya el destino atormenta.
¿Libres de qué?
De un único camino, de mi entorno, para poder observar la variedad. Para ver el cielo cuando quiera y moverme por mis propias motivaciones. Nada me obliga a ir como los otros. Mi entorno afectará mi elección y mi vida mi camino. Busquemos la luz y la paz. Pero yo, mientras estoy en esta cajita, y no en otra, en este país y no en otro, en este cuerpo y no en otro, como decía el maestro Jung: el alma primero debe individualizarse y luego pertenecer. Somos iguales porque habitamos el mismo planeta pero cada uno cumple una fracción de tiempo y espacio determinada.
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