lunes, 29 de septiembre de 2008

El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo (69)

Jesús y el gobernante de la sinagoga de Nazaret. Jesús no enseña en público, y las gentes se asombran.

1. Al día siguiente, caminando Pedro por Nazaret, encontró al gobernante de la sinagoga, quien le preguntó: “¿Quién es este Jesús que últimamente ha venido a Nazaret?”
2. Y Pedro dijo: “Este Jesús es El Cristo del que han escrito los profetas; es el rey de Israel. Su madre, María, vive en la vía Marmión.”
3. El gobernante dijo: “Dile que venga a la sinagoga, pues quiero verle.”
4. Y Pedro corrió y repitió a Jesús lo que el gobernante había dicho; pero Jesús no contestó, ni fue a la sinagoga.
5. Entonces, ya tarde, el gobernante vino a la vía Marmión, y en el hogar de María encontró a Jesús y a su madre, que estaban solos.
6. Y cuando el gobernante le pidió pruebas de su misión mesiánica y le preguntó por que no había ido a la sinagoga como se lo había pedido, Jesús dijo:
7. “No soy esclavo de ningún hombre, no he venido a este ministerio, a la orden de ningún sacerdote. Yo no contesto cuando me llaman los hombres. Vine Cristo de Dios y sólo a Dios respondo.”
8. “¿Quién te dio el derecho de pedirme pruebas de mi misión? Mi prueba descansa en mis palabras y en mis obras, de modo que, si me sigues, no te faltarán pruebas.”
9. Y el gobernante se fue, y se preguntaba a sí mismo: “Que clase de hombre es este tan irrespetuoso con el gobernante de la sinagoga.”
10. LA gente de la población en masa vino a ver al Cristo, y a oírle hablar, pero Jesús dijo:
11. “Un profeta no es honrado en su tierra nativa, entre sus parientes.”
12. “No hablaré en Nazaret hasta que las palabras que hable y los trabajos que haga en otras poblaciones me hayan conquistado la fe de los hombres.”
13. “Hasta que los hombres sepan que Dios me ha hecho Cristo para que manifieste amor eterno.”
14. “Buena voluntad para nosotros, mis parientes. Os bendigo con amor sin límites y os deseo goce abundante y felicidad.”
15. Y no dijo más, toda la gente se maravilló mucho de que no haya querido hablar en Nazaret.

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