lunes, 22 de septiembre de 2008

El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo (62)

Juan, el precursor, visita otra vez Jerusalén. Habla a las gentes. Promete reunirse con ellos en Gilgal, en siete días. Va a Betania y concurre a una fiesta.

1. Al día siguiente Juan fue otra vez a los patios del templo y dijo:
2. “Prepárate, ¡oh Israel!, prepárate a encontrar a tu rey.”
3. Los sacerdotes principales y los escribas, queriendo saber el significado de esas palabras dijeron:
4. “Hombre audaz, ¿cuál es el objetivo del mensaje que traes a Israel? Si eres vidente o profeta dinos francamente quien te ha enviado aquí.”
5. Y Juan contestó: “Yo soy la voz de uno que grita en el desierto: preparad la vía, enderezad los senderos, porque he aquí que el Príncipe de la paz viene a gobernar en amor.”
6. “Vuestro profeta Malaquías escribió las palabras de Dios:
7. Y enviaré a Elías otra vez a vosotros antes que llegue el día de la retribución para que otra vez torne los corazones humanos a Dios, y si no los tornaren ellos, los heriré con una maldición.”
8. “Hombres de Israel: Vosotros conocéis vuestros pecados. Al pasar por vuestras calles he visto un ave herida y he visto que hombres de todas las clases sociales la atacaban a palos. Y el nombre de esta ave es la Justicia.”
9. “Y volví a ver y observé que su compañero había sido muerto. La Rectitud, de alas blancas y puras había sido pisoteada en el polvo.”
10. “Y os digo que vuestra maldad se ha convertido en una cloaca de iniquidades que está mandando su fetidez insoportable a los cielos.”
11. “Refórmate, ¡oh, Israel!, refórmate, prepárate para encontrar a tu rey.”
12. Y Juan se volteó para irse, y al irse dijo:
13. “En siete días me encontraréis en Gilgal, en el lado del Jordán, donde por primera vez cruzó Israel para entrar en la tierra prometida.”
14. Y abandonó el templo para no entrar nunca más. Muchos le siguieron hasta Betania, donde moró en la casa de Lázaro, su pariente.
15. La multitud estaba apiñada alrededor de la casa y no quería irse. Entonces Juan salió y dijo:
16. “Refórmate, ¡oh, Israel!, refórmate, prepárate para encontrar a tu rey.”
17. “No son sólo los sacerdotes y los escribas los pecadores de Israel. Ni son sólo los gobernantes y los ricos los pecadores de Judea.”
18. “El hecho de que un hombre sea pobre no implica que sea bueno o puro.”
19. “Los vagabundos, indiferentes, movedizos de la tierra, son esencialmente pobres y tienen que mendigar el pan.”
20. “Los mismos hombres que me vitorearon por lo que les dije a los sacerdotes y a los escribientes respecto a su injusticia para con los hombres, son precisamente los que apedrean y apalean en las calles a la pobre Justicia.”
21. “Yo los vi pisotear la mísera ave muerta de la Rectitud.”
22. “Y vosotros que me seguís, vosotros el pueblo llano, no sois en el crimen ni un poquito mejores que los escribas y los sacerdotes.”
23. “Reformaos, hombres de Israel, el rey ha llegado; preparaos para encontrar a nuestro rey.”
24. Con Lázaro y sus hermanos, Juan se quedó por cuatro días.
25. Y hubo una fiesta en honor del Nazareno y toda la gente rodeó la mesa.
26. Y cuando el personaje más prominente de la población vertió el vino espumante y lo ofreció a Juan en un vaso, Juan lo tomó, lo levantó en alto y dijo:
27. “El vino alegra el corazón carnal y entristece el alma humana. Sumerge profundamente en amargura y desencanto al espíritu inmortal del hombre.”
28. “Cuando era niño hice el juramento de Nazar, y nunca he bebido una gota.”
29. “Y si vosotros queréis complacer al rey que viene, abandonad vuestra copa como abandonáis una cosa muerta.”
30. Y diciendo esto arrojó a la calle el vino espumante.

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