domingo, 21 de septiembre de 2008

El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo (61)

Sección XIII

MEM

EL MINISTERIO DE JUAN, EL PRECURSOR

Juan, el Precursor regresa a Hebrón. Vive como ermitaño en el desierto. Visita Jerusalén y habla a la gente.


1. Ocurrió que cuando Juan, el hijo de Zacarías e Isabel, concluyó sus estudios en las escuelas egipcias, regresó a Hebrón donde moró por ciertos días.
2. Y entonces buscó el desierto e hizo su hogar en la cueva de David, en la que muchos años hacía, había sido instruido por el sabio egipcio.
3. Algunos le llamaban el ermitaño de Engadi, y otros decían: “es el Salvaje de las Colinas.”
4. Se vestía con pieles de bestias; su alimento era de algarrobo, miel de abejas, nueces y frutas.
5. Cuando Juan cumplió treinta años fue a Jerusalem, y en la plaza del mercado se sentó en silencio por siete días.
6. La masa de la población y los sacerdotes, los escribas y los fariseos, vinieron en grandes multitudes a ver el ermitaño silente de las colinas; pero nadie tuvo el atrevimiento de preguntarle quien era él.
7. Pero cuando su ayuno silente hubo terminado, se puso de pie en medio de todos y dijo:
8. “Mirad, el rey ha venido. Los profetas hablaron de él. Los sabios le han esperado por largo tiempo.”
9. “Prepárate, ¡oh Israel!, prepárate a encontrar a tu rey.
10. Y eso fue todo lo que dijo. Y entonces desapareció. Y nadie supo a donde se había ido.
11. Y hubo gran conmoción en todo Jerusalem. Los gobernantes oyeron la historia del ermitaño de las colinas.
12. Y enviaron cortesanos a hablar con él a fin de que supieran algo respecto al rey que venía, pero ellos no pudieron encontrarle.
13. Y pasados ciertos días, regresó otra vez a la plaza del mercado y toda la ciudad vino a oírle hablar. El dijo:
14. “No os perturbéis, gobernantes del Estado. El rey que viene no es antagonista; no busca trono alguno en la tierra.”
15. “Viene como príncipe de la paz, como rey de rectitud y amor; su reino es dentro del alma.”
16 “Los ojos de los hombres no lo verán. Y nadie podrá entrar sino el que es puro de corazón.”
17. “Prepárate, ¡oh Israel!, prepárate a encontrar a tu rey.”
18. Y otra vez el ermitaño desapareció; la gente trató de seguirle, pero él había envuelto su forma en un velo, de modo que los hombres no podían verle.
19. Una fiesta judía tuvo lugar; Jerusalem estaba llena de judíos y de prosélitos de todas las partes de Palestina. Juan de pie en el patio del templo, dijo:
20. “Prepárate, ¡oh Israel!, prepárate a encontrar a tu rey.”
21. “Has vivido en pecado; el pobre llora en las calles y tu ni le miras.”
22. “Tus vecinos ¿Quiénes son? Has defraudado por igual a amigo y enemigo.”
23. “Adoras a Dios con la voz y con los labios; tu corazón está muy lejos, está en el oro.”
24. “Tus sacerdotes han impuesto sobre el pueblo cargas tan grandes que este no puede sobrellevar; ellos viven regaladamente con el producto de los salarios duramente ganados por los pobres.”
25. “Tus abogados, médicos y escribientes, son obstáculos inútiles de la tierra; tumores del cuerpo social.”
26. “Ni trabajan, ni producen, pero sí consumen todas las ganancias del comercio.”
27. “Tus gobernantes son adúlteros, extorsionadores y ladrones que no respetan los derechos de los hombres.”
28. “Los ladrones venden sus artículos en las salas sagradas; el santo templo ha sido vendido a los ladrones; sus guaridas en los sitios sagrados son seleccionados para las oraciones.”
29. “¡Óyeme, óyeme, pueblo de Jerusalén!.Refórmate. O abandonas tus caminos de corrupción o Dios te abandonará y los malvados vendrán sobre ti desde lejos y todo lo que todavía te queda de honor y de fama se esfumará en una hora corta.”
30. “Prepárate, Jerusalén, prepárate a encontrar a tu rey.”
31. No dijo más; abandonó el patio y nadie le vio irse.
32. Los sacerdotes, los doctores y los escribas estaban todos en ira, y buscaron a Juan para hacerle daño; pero no lo encontraron.
33. La masa del pueblo estaba del lado de Juan y decía: “el ermitaño tiene razón y ha hablado la verdad.”
34. Entonces los sacerdotes, los doctores y los escribientes tuvieron mucho miedo y no dijeron más y se ocultaron.

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