Los subsidios millonarios del Estado a estas empresas privadas que no cumplen con sus obligaciones quedarán bloqueados. No será una decisión política, sino un pedido de los miles de trabajadores que necesitan de los trenes para movilizarse. Renuncia el secretario de Transportes y los problemas continúan.
En el marco de una Argentina alborotada, de incertidumbre en los negocios, en la sociedad, con engaños e intrigas políticas, la gente está indignada con todo un gobierno que no define ni decide, controlado por un Neptuno que dilata las cosas y un contacto de éste con Saturno, las leyes.
Hubo decenas de manifestantes violentando, prendiendo fuego vagones valuados en millones de dólares. Los servicios se demoran, se cancelan y funcionan mal. Esto gesta violencia, impaciencia, y un temor que repercute en toda la sociedad.
La historia de los trenes está sellada con un Urano en 29 grados, lo cual indica una situación crítica para innovar, agregar tecnología y avanzar en los cambios de ingeniería en lo que a trenes se refiere, desde sus comienzos. Por otro lado, TBA es una empresa privada que no cubre las demandas de transporte que se incrementa notablemente con los años.
El gobierno llama a este acto de violencia: SABOTAJE y culpa a sectores u organizaciones que se identifican con folletos y las caras cubiertas. Pero son miles de pasajeros los que en definitiva se vieron impedidos de circular en el día de ayer.
La fecha de inauguración del primer ferrocarril argentino, 29 de agosto de 1857, es como se ve, de otro siglo, dentro de otra situación política y nacional. Pasó a manos luego del Estado y luego volvió a ser privatizado y ahora está cuasi abandonado a un servicio ineficaz y a una superexplotación. Levantando la carta natal de dicha fundación, se ven tránsitos actuales que disputan otra vez más la ineficacia política, y una desazón constante para el futuro.
Urano, simiente de la tecnología, pierde fuerza, porque toca un punto fuerte de la carta de la inauguración cósmica: toca a Neptuno. Este período tiende a comenzar con un vago descontento y deseo de cambio. Donde se darían condiciones inusuales y estados de rebelión y queja constantes. Esto crea un campo vibratorio de ansiedades e inseguridades. Disolución de proyectos e ideas truncadas. Tal como la que se quería mantener con la creación del Tren de Alta Velocidad (Tren Bala) que conectaría Buenos Aires, Rosario y Córdoba, pero que entonces queda frenado por el contexto financiero. Aunque el pago de la deuda al Club de París volvió a abrir una ventana que sería mejor cerrarla hasta poner lo fundamental en orden.
Además, Júpiter, próximo a los grados en que está Saturno en la fecha tomada en cuenta, indica que habrá paros y muchos problemas que tienden a la inseguridad en los trenes. Se pondrán en oposición la expansión y la represión. Las quejas no mermarán.
La situación durante el resto del año y hasta que se vuelva a cumplir un aniversario de la inauguración del Ferrocarril en Argentina, será de pérdida, engaño y desilusión. El secretario de Transportes no tomará decisiones ni tendrá en cuenta la falla gigante que hay el país, lo cual lo someterá a un abandono de sus funciones o un vuelco de su discurso político. La autonomía de la privatización tendrá legislaciones nuevas y trabas que deberán destrabarse por una participación del Estado. Lo fraudulento, la corrupción y la cantidad de dinero en subsidios entregados por el Estado estarán bloqueados. Se tomará seriamente partido en el asunto, y no porque el gobierno lo desee, sino porque el pueblo lo reclama.
En el marco de una Argentina alborotada, de incertidumbre en los negocios, en la sociedad, con engaños e intrigas políticas, la gente está indignada con todo un gobierno que no define ni decide, controlado por un Neptuno que dilata las cosas y un contacto de éste con Saturno, las leyes.
Hubo decenas de manifestantes violentando, prendiendo fuego vagones valuados en millones de dólares. Los servicios se demoran, se cancelan y funcionan mal. Esto gesta violencia, impaciencia, y un temor que repercute en toda la sociedad.
La historia de los trenes está sellada con un Urano en 29 grados, lo cual indica una situación crítica para innovar, agregar tecnología y avanzar en los cambios de ingeniería en lo que a trenes se refiere, desde sus comienzos. Por otro lado, TBA es una empresa privada que no cubre las demandas de transporte que se incrementa notablemente con los años.
El gobierno llama a este acto de violencia: SABOTAJE y culpa a sectores u organizaciones que se identifican con folletos y las caras cubiertas. Pero son miles de pasajeros los que en definitiva se vieron impedidos de circular en el día de ayer.
La fecha de inauguración del primer ferrocarril argentino, 29 de agosto de 1857, es como se ve, de otro siglo, dentro de otra situación política y nacional. Pasó a manos luego del Estado y luego volvió a ser privatizado y ahora está cuasi abandonado a un servicio ineficaz y a una superexplotación. Levantando la carta natal de dicha fundación, se ven tránsitos actuales que disputan otra vez más la ineficacia política, y una desazón constante para el futuro.
Urano, simiente de la tecnología, pierde fuerza, porque toca un punto fuerte de la carta de la inauguración cósmica: toca a Neptuno. Este período tiende a comenzar con un vago descontento y deseo de cambio. Donde se darían condiciones inusuales y estados de rebelión y queja constantes. Esto crea un campo vibratorio de ansiedades e inseguridades. Disolución de proyectos e ideas truncadas. Tal como la que se quería mantener con la creación del Tren de Alta Velocidad (Tren Bala) que conectaría Buenos Aires, Rosario y Córdoba, pero que entonces queda frenado por el contexto financiero. Aunque el pago de la deuda al Club de París volvió a abrir una ventana que sería mejor cerrarla hasta poner lo fundamental en orden.
Además, Júpiter, próximo a los grados en que está Saturno en la fecha tomada en cuenta, indica que habrá paros y muchos problemas que tienden a la inseguridad en los trenes. Se pondrán en oposición la expansión y la represión. Las quejas no mermarán.
La situación durante el resto del año y hasta que se vuelva a cumplir un aniversario de la inauguración del Ferrocarril en Argentina, será de pérdida, engaño y desilusión. El secretario de Transportes no tomará decisiones ni tendrá en cuenta la falla gigante que hay el país, lo cual lo someterá a un abandono de sus funciones o un vuelco de su discurso político. La autonomía de la privatización tendrá legislaciones nuevas y trabas que deberán destrabarse por una participación del Estado. Lo fraudulento, la corrupción y la cantidad de dinero en subsidios entregados por el Estado estarán bloqueados. Se tomará seriamente partido en el asunto, y no porque el gobierno lo desee, sino porque el pueblo lo reclama.
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