jueves, 7 de agosto de 2008

San Cayetano


El 7 de agosto es el día del santo patrono del Trabajo. San Cayetano nació en una familia rica y se desprendió de todos sus bienes para repartirlos entre los pobres. Su figura es venerada por miles de fieles que piden que en sus hogares no falte paz, pan y trabajo.

Nació en 1480 en Vicenza, cerca de Venecia, Italia. Su padre era un militar que murió defendiendo la ciudad contra un ejército enemigo. Estudió en la Universidad de Padua, donde obtuvo dos doctorados. Viajó luego a Roma, donde llegó a ser secretario privado del papa Julio II y notario de la Santa Sede. A los 33 años fue ordenado sacerdote. La crónica destaca que era tal su respeto por la ceremonia de la misa que desde su ordenación como sacerdote hasta la primera misa que impartió pasaron tres meses, que dedicó a prepararse para celebrarla en las mejores condiciones. San Cayetano era de familia muy rica y se desprendió de todos sus bienes y los repartió entre los pobres. En una carta escribió sobre sus razones para ese gesto: "Veo a mi Cristo pobre, ¿y yo me atreveré a seguir viviendo como rico? Veo a mi Cristo humillado y despreciado, ¿y seguiré deseando que me rindan honores? Oh, que ganas siento de llorar al ver que las gentes no sienten deseos de imitar al Redentor Crucificado".
Se lo venera como patrono del Trabajo, en gran medida por su ferviente defensa de los más humildes. Fundó asociaciones denominadas “Montes de Piedad” (los “montepíos”) que se dedicaban a prestar dinero a los más humildes a intereses bajísimos. Cuenta la leyenda de uno de los milagros que se le atribuyen, que un día en su casa de religioso no había nada para comer porque todos habían repartido sus bienes entre los pobres. San Cayetano fue hacia el altar y dando unos golpecitos en la puerta del sagrario donde estaban las hostias, dijo, con humor: "Jesús amado, te recuerdo que no tenemos hoy nada para comer". Al poco rato llegaron unas mulas trayendo muy buena cantidad de provisiones, y los arrieros no quisieron decir de dónde las enviaban.
En nuestro país, su figura es muy venerada por los humildes y por personas de toda condición social que le encomiendan su intercesión favorable en la búsqueda de trabajos dignos. También se le pide pan y paz. Las interminables filas de personas que se acercan a su santuario cada 7 de agosto (fecha de su muerte en Nápoles en 1547) dan prueba de la esperanza que despierta entre quienes depositan su fe en él.

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