sábado, 23 de agosto de 2008

No hay futuro para Eduardo Duhalde


Utiliza el poder en cada expresión egocéntrica y ambiciona consagrarse avasallando poderes ajenos, traicionando sus ideas en pos de una permanencia en la historia del país. Tiene dotes de dictador disfrazado de salvador, antidrogas y anticorrupción, lo cual demuestra el miedo de caer en el polo opuesto de dichas energías.

Libra es un signo de supuesta paz y equilibrio. No necesita recurrir a la discordia y al conflicto, ni a un avance enérgico en ninguna de sus actividades sino es a través de otro que lo acompañe, o de otro a quien oponerse.
Eduardo Duhalde nació el 5 de octubre de 1941 bajo este signo y transitó un largo camino en la política. Mucho se habló de los ténebres negocios del Fondo del Conurbano mientras fue gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Así como también del oscuro acuerdo millonario con Aldo Rico y la desgraciada “mejor policía del mundo”. Su energía libriana terminó de confirmarse con la Convención Constituyente de 1994 dónde el pueblo bonaerense debió votar por su candidatura a la reelección y triunfó ampliamente.
Fue vice de Carlos Menem y creó la Secretaría de Programación y Coordinación para la Prevención de la Drogadependencia y lucha contra el Narcotráfico. También publicó dos libros, para no ser uno, y seguir confirmando su librianismo: “Los políticos y las drogas” y luego “Hacia un mundo sin drogas”.
Tiene el Sol en libra, opuesto a un Marte guerrero que lo mantiene presto para entablar conflicto con sus contemporáneos. Sus energías no son de salvador, ni de revolucionario, más bien, “depende”. Su lucha debería concentrase en la autodependencia, lo cual debe resultarle un hastío. Eso le pasó cuando en 2002 asumió como presidente luego de la huída de Fernando de la Rúa. Es que sus participaciones políticas no logran liderazgo si no es de la mano de otro líder que ponga sus deseos en acción.
Actualmente quiere intensificar su actividad política en la Capital Federal, critica a la pareja Kirchner y busca respaldo en el justicialismo opositor y en la dirigencia agropecuaria.
Por su conjunción Saturno y Urano, en su intimidad sufre alteraciones nerviosas y paranoias intermitentes acerca del control, la innovación y la locura. Pero Saturno, durante 2009, se acerca a su Neptuno natal, y esto le depara la pérdida de su reputación, y una caída de sus ideales, porque la realidad superará sus expectativas. Aunque puede ocurrir una vez más que la coyuntura lo salve y lo consagre por otro instante en su deteriorado poder.
Su mayor talento es la estrategia de alianzas y el tiempo que le confiere a todo nuevo proyecto. Una astucia que al final lo desapega de todo conflicto y lo libera hacia otro nuevo enfrentamiento ideológico político. Pero aunque intente salvar al drogodependiente, será siempre víctima de su propia dependencia y en cada acto de poder plutoniano, dejará un legado de confusiones y escándalos.

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