jueves, 21 de agosto de 2008

Los invasores

La Patagonia logra autonomía propia. Para los científicos, allí está el porvenir. Abundantes reservas naturales y un extenso territorio subpoblado, con 0,5 habitantes por km2, la convierten en un paraíso terrenal que dará millones a sus propietarios cuando todo se acabe.



Es una de las regiones más codiciadas: posee el 80% del petróleo y gas natural del país, energía hidroeléctrica y una reserva de agua dulce planetaria.
Según la Federación Agraria Argentina, el 10% del territorio nacional está en manos de extranjeros. Vendida por los argentinos, y comprada a precios irrisorios por poderosos magnates extranjeros como Ted Turner, Luciano Benetton, Doug Tompkins, Joseph Lewis o el belga Huber Grosse, la Patagonia comienza su camino hacia la secesión.
El estadounidense Douglas Tompkins, posee 900.000 hectáreas. Es el segundo propietario privado en Chile donde creó el Parque Nacional Pumalín, además del de Monte León en el sur de Argentina. Encabeza tres fundaciones ambientalistas, Foundation for Deep Ecology, Conservation Land Trust (CLT) y Patagonia Land Trust, todas sospechadas de ser la fachada de una operación supranacional orquestada por EEUU para apropiarse de tierras y agua en países en vías de desarrollo. Se los acusa de ser testaferros del gobierno estadounidense, de querer apropiarse de las reservas de agua dulce y de comprar tierras con dinero negro.
El fundador de la cadena CNN, Ted Turner, posee 45 mil hectáreas ubicadas sobre el río Traful, unos 60 kms al norte de Bariloche. Además, extendió su feudo con 37.000 hectáreas más cuando compró la estancia Collón Curá, en Neuquén. Joseph Lewis, dueño de la sexta fortuna de Gran Bretaña, tiene 14 mil hectáreas, que rodean el lago Escondido y Huber Grosse compró 11 mil hectáreas en la provincia de Río Negro donde funciona un exclusivo refugio de polo y golf. Pero el pionero fue Luciano Benetton, que en 1991 adquirió casi un millón de hectáreas en Río Negro y Neuquén, pegado a la cordillera, convirtiéndose en uno de los mayores terratenientes privados de la Argentina. Unas 80.000 hectáreas, cerca de Rancho Alicurá, le fueron vendidas por Benetton a Ward Lay, el dueño de Pepsi, quien transformó su “terrenito” en un coto de caza y pesca con mosca.En todos los casos las claves son tres: tierras vírgenes, paraísos de una extraordinaria biodiversidad faunística y cursos de agua dulce abundante. Motivos suficientes para que dentro de algunos años, la Patagonia busque y consiga la secesión.

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