miércoles, 23 de julio de 2008

Levi H. Dowling, el mensajero de El Cristo (2)

Se lo conoce como quien transcribió “El Libro de las memorias de Dios”, o archivo Akáshico, conocido como “El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo”.

Transcribió un texto notable, encontrado en su portafolio, y se presume que el manuscrito es una trascripción directa del archivo Akáshico.
Desde muy niño, Levi H. Dowling estudió profundamente las religiones del mundo y se impresionó con la sensitividad de los éteres más finos. Llegó a sentir y a creer que, en un cierto modo, eran como placas fotográficas donde se imprimían sonidos, vibraciones e incluso pensamientos. Con avidez fue profundizando el estudio de las vibraciones etéreas y resolvió solucionar por sí mismo los grandes misterios cósmicos. Cuarenta años empleó en estudios y meditación silenciosa, llegando a un estado de superconciencia que le permitió entrar al plano cósmico de los éteres suprafinos y llegar a familiarizarse con sus misterios. Allí se dio cuenta de que las visualizaciones de su infancia habían estado basadas en realidades cósmicas y que cada pensamiento de cada cosa viviente quedaba archivado.

¿Qué es el archivo Akáshico que Levi Dowling transcribió?

Akasha es una palabra sánscrita, que significa “la substancia primaria”, de la que se formaron todas las cosas. Según la filosofía acuaria, ésta es la primera etapa de la cristalización del espíritu. Todo es substancia primordial o vibración espiritual. La materia es espíritu vibrando a baja frecuencia, “llegando a coagularse”, como lo expresan algunos maestros.
Este Akasha o substancia primaria es tan fina y exquisita y tan extremadamente sensible, que la más imperceptible vibración del éter en cualquier lugar del mundo, produce en él una impresión indeleble.
Esta substancia primaria no está circunscrita a lugar alguno del universo: es omnipresente. Es la “Mente Cósmica” de la que hablan los filósofos.
Cuando la mente del hombre está en sintonización, en acorde exacto con la Mente Cósmica, el hombre adquiere un reconocimiento consciente de las impresiones Akáshicas y puede reunirlas y transcribirlas en cualquier idioma que le sea familiar.
Los sabios orientales lo denominaron como el archivo Akáshico y los maestros hebreos lo han llamado el libro de los Recuerdos de Dios. Su importancia justifica que lo publiquemos en su totalidad, capítulo por capítulo, en la sección “Evangelio Acuario de Jesús El Cristo”.

(Continuará...)

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