jueves, 18 de junio de 2009

Memoria celular: La vida de "los otros" (última parte)

Pensamiento mágico
Curiosamente, esta creencia ya estaba presente en el pensamiento mágico de algunas sociedades primitivas, que practicaban el canibalismo al creer que la fuerza u otras virtudes de un hombre estaban vinculadas a determinados órganos y que podían ser asimiladas al incorporar estos órganos al propio cuerpo. Una inquietante teoría sostiene que el canibalismo de nuestros ancestros –demostrado en los restos fósiles encontrados en Atapuerca (Burgos), de 800.000 años de antigüedad– fue el motivo del impresionante desarrollo de la inteligencia del Homo sapiens, dado que nuestra especie ha sido el único primate que ha devorado a sus congéneres, asimilando quizá de esta forma sus recuerdos y sus experiencias. En 1961 James McConell, de la Universidad de Michigan (EE.UU.), demostró la transmisión de las moléculas de la memoria al alimentar a unos pequeños gusanos llamados planarias con la pulpa obtenida de otros a los que previamente había condicionado a asociar una luz con una descarga eléctrica. En 1965 el fisiólogo danés Ejnar Fjerdingstad realizó un experimento similar con ratas. Lógicamente, debemos ser muy cautos a la hora de valorar las historias referentes a las “memorias trasplantadas”. Los casos notificados no tienen significación alguna con respecto al enorme número de pacientes trasplantados. Pero eso no quiere decir que no deban ser investigados. Hace menos de cien años el hecho de que un ser humano viviera con el corazón de otro parecía lejos de todo alcance. Y es así es como avanza la ciencia: abandonando la comodidad de los trillados senderos cotidianos para internarse en tenebrosos bosques llenos de misterio.

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