Condena para Alberto Fujimori

Nacido en 1938, con un sol en Leo que lo combina con Marte, fue otro más de los leoninos políticos del tipo autoritario. Cuasi dictador, enfáticamente directo, agresivo, impulsivo y líder por naturaleza a su gusto y capricho. Ayer fue condenado a 25 años de prisión como autor mediato de asesinatos con alevosía, secuestro agravado y lesiones graves que constituyen, según estableció el tribunal, crímenes del Estado y crímenes contra la humanidad.

Está acusado de siete cargos: dos por faltas a los derechos humanos y cinco por corrupción. Fue presidente de Perú entre los años 1990 y 2000.
El desarrollo del juicio que lo acusa de esos cargos se extenderá hasta junio en donde la influencia de su karma saturnino lo llevará al fallo que lo culpabilice de todos los cargos sin excepciones ni alegatos.
Su programa astrológico, por el que ejerció su autoritarismo, se verá ahora, por sus tránsitos planetarios, debilitado y sojuzgado por el escrutinio y análisis excesivo por parte de la justicia, de la mano de un Saturno en Virgo. Lo que hará que ningún discurso en su defensa logre el dominio de las circunstancias.
Para el mes de octubre el caso continuará en la justicia por condiciones políticas reformadoras de la República de Perú, donde el castigo y culpabilidad de sus acciones, provocarán una transformación de la conciencia nacional. Esto tal vez redunde en su beneficio en el sentido de tener todavía la capacidad de intentar defender su poderío y presencia ideológica, aún en la derrota real y confiscatoria de sus últimos años.
El ejercicio de su Sol en Leo, conjunción Marte, entre otros planetas que lo inclinan a la escena nacional constantemente, no se agotará aún en sus 71 años de vida, aún en sus debilitadas fuerzas de avance, aún en la etapa de su vejez.
De manera que incluso obligado al encierro, al destierro, a la culpabilidad de los cargos levantados contra él justicieramente no dejará de ser un hombre a la defensiva, a la espera del ataque, bajo la actitud enérgica y orgullosa de quien nace con Sol en Leo y Marte combinados.
Por el tránsito benéfico de Plutón, la protección espiritual, que nunca contempló, lo entusiasmará públicamente para ofrecer un alegato de una defensa ante la victimización, en donde la fuerza de la espiritualidad lo tomará por sorpresa como parte del karma en su totalidad. Se defenderá. Tesoneramente. Su karma no sólo es respuesta a acciones pasadas, sino un ejercicio de adaptación a la evolución inevitable mientras siga vivo.
De manera que el castigo redundará como legado histórico para el futuro de la República del Perú.