sábado, 20 de diciembre de 2008

El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo (151)

Jesús enseña en la sinagoga. Hace su entrada triunfal en Jerusalem. Las multitudes, con los niños, cantan sus alabanzas y dicen: Hosanna el rey. Los cristianos regresan a Bethania.

1. Era el día anterior al sábado, el octavo día del mes judaico Nasam, cuando Jesús entró en Bethania
2. Y en el sábado fue a la sinagoga y enseñó.
3. Y en la mañana del primer día de le semana, llamó él a los doce apóstoles y les dijo:
4. “Hoy tenemos que ir a Jerusalem, no tengáis miedo, mi hora no ha sonado todavía.”
5. “Dos de vosotros iréis a la villa de Vethfaga, donde encontraréis una pollina atada a un árbol, con su cría cerca.”
6. “Desatad a la pollina y traédmela aquí. Si alguien preguntare por qué os lleváis la pollina, sencillamente decid: El maestro la necesita, y su dueño vendrá con vosotros.”
7. Y los discípulos hicieron como Jesús les ordenó. Encontraron la pollina y a su cría cerca de una puerta abierta, y cuando estaban desatándola, el dueño dijo “¿Por qué os lleváis la pollina?”
8. Y los discípulos dijeron: “El maestro la necesita. Y entonces el dueño dijo está bien.”
9. Y trajeron el animal y en el lomo le colocaron sus mantos y Jesús montó en la pollina y emprendió el camino a Jerusalem.
10. Y grandes multitudes vinieron y llenaron la vía, y los discípulos, alabando al señor, decían:
11. “Tres veces bendito es el rey que viene en nombre de Dios. Toda gloria a Dios y paz en la tierra y buena voluntad para los hombres.”
12. Y muchos arrojaban sus ropas en la vía y arrancaban ramas de los árboles y las tiraban en la vía.
13. Y muchos niños venían con enormes guirnaldas de flores perfumadas y las colocaban sobre el Señor y las arrojaban en su camino, diciendo:
14. “Que viva el rey. Hosanna al Señor de los ejércitos. Va a reconstruirse el trono de David. Hosanna al Señor de los ejércitos.”
15. Entre la multitud había fariseos que decían a Jesús a su paso: “Reprende a esta plebe gritona. Es una vergüenza que griten así en las calles.”
16. El Señor contestó: “Yo os digo, hombres, que si ellos callaran, las mismas piedras gritarían muy alto.”
17. Entonces los fariseos conferenciando entre ellos dijeron: “Nuestras amenazas son palabras ociosas. Mirad que todo el mundo le sigue.”
18. Y al acercarse Jesús a Jerusalem, Jerusalem, ciudad santa de los judíos, Jesús dijo: “Tuya fue la gloria del Señor, pero tú has arrojado de ti Señor.”
19. “Tus ojos se han cerrado; no puedes ver al rey. El reino del Señor de los cielos y de la tierra ha venido y vosotros no lo comprendéis.”
20. “Mira que el día vendrá en el que huestes extranjeras echarán un dique a tu rededor, te sitiarán, te cercarán por todos lados.”
21. “Y te echarán en tierra, y en tus calles te matarán y matarán a tus hijos.”
22. “Y no quedará piedra sobre piedra de tu santo templo, de tus palacios, de tus murallas, porque has menospreciado los dones del Dios de los cielos.”
23. Cuando Jesús y las multitudes entraron en Jerusalem, reinaba una gran excitación y las gentes preguntaban: “¿Quién es este hombre?”
24. Y las multitudes contestaban: “Es el rey, el profeta, el sacerdote de Dios. Es el hombre de Galilea.”
25. Pero Jesús no se detuvo, sino que fue directamente al atrio del templo que se llenó completamente de gente que quería ver al rey.
26. Los enfermos, los cojos, los tullidos, los ciegos estaban allí y Jesús se detenía y les imponía las manos y los curaba por la Palabra sagrada.
27. El tempo y los patios del templo estaban llenos de niños que alababan a Dios y decían: “Hosanna al rey. El hijo de David es rey. Viva el rey. Alabado sea Dios.”
28. Los fariseos estaban llenos de ira oyendo a los niños cantar. Y decían a Jesús: “¿Oyes lo que dicen los niños?”
29. Y Jesús contestó: “Sí oigo ¿No habéis oído nunca lo que dijo nuestro bardo?”
30. “De las bocas de los niños y de los que maman, recibirás perfecta alabanza.”
31. Y cuando llegó la tarde, Jesús y sus discípulos regresaron a Bethania.

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