viernes, 12 de diciembre de 2008

El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo (143)

La rectitud en los premios. Jesús relata la parábola del agricultor y los jornaleros. Da a conocer la Ley Divina del divorcio. El misterio del matrimonio.

1. Jesús estaba a la orilla del mar; las multitudes le rodeaban; uno de entre la multitud avanzó y dijo:
2. “¿Premia Dios como lo hace el hombre por las obras que hacemos?”
3. Y Jesús contestó: “Los hombres nunca saben lo que otro hombre ha hecho; esta vida es mera apariencia.”
4. “Un hombre puede parecer que hace trabajos portentosos y ser calificado por los hombres como merecedor de grandes premios.”
5. “Otros hombres pueden parecer fracasados en los campos de la cosecha de la vida y ser deshonrado ante los hombres.”
6. “Los hombres no conocen los corazones de los hombres; solo Dios conoce los corazones de los hombres, y cuando el día ha terminado puede premiar con vida al hombre que cayó bajo el peso del día y alejarse del que fue ídolo de los corazones de los hombres.”
7. Entonces habló una parábola y dijo: “El reino del alma es como un hombre que tiene una vasta propiedad.”
8. “Y en la mañana va a la plaza a buscar hombres que cosechen sus frutos.”
9. “Encuentra tres hombres y contrata sus servicios por el día por una moneda a cada uno y los manda al terreno.”
10. “Y otra vez va a la plaza a la tercera hora del día y encuentra cinco hombres esperando y les dice: Id a mi terreno y trabajad y yo os pagaré lo que es justo. Y ellos van y trabajan.”
11. “Y va otra vez a la sexta hora del día y encuentra siete hombres en espera y los manda al terreno a trabajar.”
12. “Y a la hora undécima va otra vez y encuentra a doce hombres aparentemente ociosos y les dice: ¿Por qué estáis aquí ociosos todo el día?”
13. “Ellos dicen: porque no tenemos trabajo que hacer y nadie arrienda nuestros servicios.”
14. “Entonces los envía a su terreno a trabajar.”
15. “Y cuando viene la tarde el dueño dice a su mayordomo: Llama a los trabajadores en el terreno y págales por sus servicios y todos fueron pagados y cada uno recibió una moneda por su estipendio.”
16. “Ahora bien, cuando los doce que no sirvieron sino desde la hora undécima recibieron cada uno una moneda, los tres se sintieron grandemente agraviados y dijeron:”
17. “Estos doce sólo han trabajado una hora y ahora reciben igual pago que nosotros que hemos trabajado todo el día bajo un sol abrasador. ¿No deberíamos tener nosotros al menos dos monedas por nuestra labor?”
18. “El agricultor contestó: Mis amigos, no os he hecho nada injusto, ¿No tuvimos un convenio cuando vinisteis a trabajar? ¿No os he dado vuestro pago completo?”
19. “¿Qué os importa si pago a esos hombres una suma mayor o menor? Tomad lo que es vuestro e idos, porque daré a los doce lo que daré a los tres, a los cinco y a los siete.”
20. “Ellos hicieron todo lo que pudieron y vosotros habéis hecho todo lo que pudisteis.”
21. “El salario de un hombre esta basado en la intención del corazón.”
22. Mientras Jesús enseñaba, llegó un fariseo y le dijo: “Señor ¿es legal que un hombre despida a su mujer?”
23. Y Jesús dijo: “Tú debes saberlo ¿Qué dice la Ley?”
24. El fariseo contestó: “La Ley permite que el hombre se divorcie y entonces despida a su mujer.”
25. Y Jesús dijo: “La dureza del corazón humano indujo al legislador a dar disposiciones como ésta, pero al principio no fue así.”
26. “Dios hizo una mujer para un hombre y ellos fueron uno y él dijo después: El hombre dejará a su padre y a su madre para seguir a su mujer, ya no pueden separarse, son uno, una carne.”
27. “Lo que Dios ha unido, ningún hombre puede separar.”
28. Ahora bien, cuando fueron a casa, un hombre se permitió volver a preguntar del divorcio.
29. Y Jesús dijo otra vez lo que había dicho al fariseo, entonces dio una ley más alta de vida matrimonial.
30. “Quien quiera que despida a su esposa, a menos que sea una cortesana, y toma otra mujer, es culpable de adulterio.”
31. “La mujer que abandona a un hombre a menos que sea un libertino y un adúltero, y viene a ser la esposa de otro hombre, comete adulterio.”
32. Y Tomás preguntó “¿Qué es adulterio?”
33. Y Jesús dijo: “Quien alberga pensamientos lascivos y apetece cualquier otra mujer que no sea su esposa, es adúltero.”
34. “La esposa que alberga pensamientos lascivos y que apetece cualquier otro hombre que no es su marido, es una cortesana.”
35. “El hombre no puede hacer una Ley que pueda atar dos corazones.”
36. “Cuando dos están unidos por el amor, no tienen pensamientos lascivos. La mujer no puede abandonar a su marido; el hombre no desea despedir a su mujer.”
37. “Cuando el hombre y la mujer albergan pensamientos lascivos y apetece otra carne, no son uno, no han sido unidos por Dios.”
38. Y Felipe dijo: “Señor ¿son pocos los que Dios ha unido en los lazos de santo matrimonio?”
28. Y Jesús dijo: “Dios conoce al puro de corazón. El lascivo y la lasciva no son sino criaturas de ego lascivo, no pueden ser uno, no pueden ser uno con Dios.”
29. Nataniel dijo: “¿No sería aconsejable que todo hombre se abstenga de prestar la promesa matrimonial?”
30. Y Jesús dijo: “El hombre no es puro porque no se casa. El lascivo es adúltero esté casado o no.”
31. Entonces dijo a todos: “Algunas cosas las conoce el hombre porque se las han dicho; otras no le son conocidas hasta que se abran las puertas de la conciencia.”
32. “Hablo de un misterio que ahora no podéis comprender, pero que algún día comprenderéis.”
33. “Un eunuco es un hombre que no siente sexualismo; algunos hombres son eunucos de nacimiento, otros lo son por obra humana y otros lo son por la Santa Respiración que los hace libres en Dios por medio del Cristo.”
34. “Quien sea capaz de recibir la verdad que hablo, que la reciba.”

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