sábado, 15 de noviembre de 2008

La reunión del G20 será intrascendente

Las potencias económicas fueron convocadas por George W. Bush para este 15 de noviembre en Washington, con el objetivo de reformar el sistema financiero mundial. Lo propuesto por EEUU es la expansión fiscal mundial. Una medida extrema.

La carátula de esta reunión es “refundar el capitalismo”, aunque la dirección de estos tiempos conduce hacia otros cauces. Se dará bajo el signo de Escorpio, con la energía de la táctica. Se llevará a cabo bajo fuerzas que estimularán debates y enérgicos puntos de vista. Pero paradójicamente, ese mismo día, el cielo no estará del todo provocador, por un trígono fluido de Júpiter y Saturno. Se verá formulada una posible y transitoria solución, como si la reforma económica la abordaran en clima de entusiasmo exagerado, que por exagerado justamente no será muy concreto, aunque inyectará una esperanza dentro la psicosis a futuro. Es decir, se plantearán soluciones que alentarán proyectos.
Por otro lado, y tomando otro dato astrológico, el G20 mostrará o dejará el sabor de la ausencia de liderazgo y guía de la convocatoria, lo cual creará el sentimiento de ineficacia de estas reuniones. Lo planeado en proyección para 2009 producirá un nuevo encuentro en abril, que bajo las estrellas del 15 de noviembre, no será ya importante, predominando la duda de próximas reuniones y hasta una disolución de intereses de quienes participan como potencias económicas. Si la convocatoria prosigue, habrá ausencia de naciones y se esfumará la idea de que la unión hace la fuerza.
El punto de inflexión a nivel mundial, en este contexto de recesión global, llevará a las naciones (antes que mancomunarse, aunque ese sea el destino próximo) primeramente a enfocar la atención sobre sus propios recursos y reservas. Ya que por lo pronto, una moneda no sucederá a otra, sino que sobrevendrá transitoriamente una especie de conciencia de cada país, de reforzar sus riquezas y valores separativamente, predominando la función del estado y generando un nuevo nivel de noción de intercambio de capitales, como un pseudo trueque, en el que debido a tremendas necesidades sociales, nos llevará a un nuevo enfoque del comercio, el trabajo y el dinero. Y esta será la encrucijada futura: proponer leyes que acompañen estos tiempos de cambio.

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