martes, 4 de noviembre de 2008

Elecciones en Estados Unidos: el cielo para el 4 de noviembre de 2008

Hoy se elige al 44º presidente de Estados Unidos, y es el mismo día 4, pero de agosto, en que nació el que ocupará ese cargo, Barack Obama. El 4 es el producto de dos veces dos, una doble oposición. Es un número de acción, de realidad, tensión, cambios. No es armónico.

Los candidatos, que son dos, con dos vicepresidentes, forman 4 postulantes finales. Por un lado John Mc Cain y por el otro, Barack Obama. Pero el primero no está pasando por buenos tránsitos planetarios, de hecho la derrota es la victoria que se le vaticina. Por otro lado, Obama, el día 4, vive una cuadratura de Sol. Para él es un día de tensión, de poca comunicación, pero por otros aspectos logra el puesto de presidente.
Estados Unidos está viviendo una crisis importante, clave, y que gane Obama no hace más que acompañar el momento de la nación hacia la transformación total y la pérdida de hegemonía. El mismo día 4, en el cielo se forma un aspecto de desilusión astral, con Marte y Neptuno en cuadratura. Confusión, inestabilidad, incertidumbre, ideales frustrados, ilusiones truncadas. Lucha, algo inesperadamente revelado, complicado. No hay júbilo sino incertidumbre. Nada se salva, ni se reivindica políticamente. La falsedad del triunfo es masivo.
Obama por su parte, por otro aspecto astrológico, hablaría de más, provocado y obligado a hacer su discurso de victoria, exagerando, presentando oraciones de más. Para mediados de enero, recién en el cambio de presidentes sentirá alegría, pero hasta ese momento las energías actúan sin hacerlo sentir la real victoria. El 4 de noviembre, el país tiene protagonismo mundial; claro, están en elecciones que dentro del actual contexto presentan mayor significado que en otras elecciones pasadas, pero se acercan tránsitos tan duros y de radicales cambios, que incluso destronando a Bush las cosas no parecerían tener dirección ni planeamiento.
Estados Unidos de América seguirá viviendo, en los próximos meses, desajustes y desilusiones que harán del sueño americano un despertar obligado, de mucho nerviosismo, aislamiento y desconcierto general. No habrá seguridad, sino metas que no podrán llevarse a cabo de ninguna manera. Son tiempos de decantación de todos los ideales y esfuerzos que este país ha tratado de imponer y mostrar al mundo en general.
Cada solución e invención serán irrealistas y en el intento de salvarse no habrá buenos resultados.
A su vez, los cambios graduales están sucediendo en las políticas del mundo entero, lo cual hace que la mirada hacia ese país, tome otro punto de vista. Porque al caducar el modelo en general, nos obliga a reparar en nuevas visiones en todos los ordenes de la vida. Así que lo más cercano por ahora es que las estructuras se rompan, y en este paulatino proceso nos encontraremos por largo tiempo, hasta que luego de destruir, volvamos a construir, sin modelos a repetir, ni copiar. Evolucionando la humanidad.

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