domingo, 30 de noviembre de 2008

El Evangelio Acuario de Jesús el Cristo (131)

Jesús y Pedro pagan el impuesto de medio shekel. Los discípulos se disputan la supremacía. Jesús los reprende. Les enseña muchas lecciones prácticas. La parábola del buen pastor.

1. Mientras Jesús y los doce descansaban en la casa, el cobrador de los impuestos vino a Pedro y dijo: “Hombre, ¿pagan Jesús y tú el impuesto de medio shekel?”
2. Y Pedro dijo: “Pagamos lo que se nos fija como contribución.”
3. Y Jesús dijo: “¿De quién cobran los publícanos este impuesto especial? ¿De los extranjeros o de los hijos del país?”
4. Y Pedro dijo: “Sólo los extranjeros están obligados a pagar este impuesto.”
5. Entonces Jesús dijo: “Todos somos hijos del país y libres, pero que no haya discusión pagaremos el impuesto. Pero nadie tenia un shekel para pagarlo.”
6. Y Jesús dijo: “Ándate al mar, bota un anzuelo, coge un pescado y es su parte interna encontrarás un shekel, y paga el impuesto por ti y por mi.”
7. Y Pedro hizo como Jesús le había ordenado y encontró el shekel y pagó el impuesto.
8. Ahora bien, Jesús oyó a los doce disputar entre ellos. El espíritu del ego carnal se movía en sus corazones y se preguntaban entre ellos quien era el más grande a los ojos de Dios y de los hombres.
9. Y Jesús dijo: “¡Qué vergüenza, oh, hombre! El más grande es el sirviente del resto. Y entonces acercó a un niño, lo tomó en los brazos y dijo:”
10. “El más grande es el niño y si vosotros habéis de ser grandes en modo alguno tenéis que llegar a ser como este niño es en inocencia, en verdad pureza de vida.”
11. “Los grandes hombres no desdeñan las cosas pequeñas de la tierra, quien considera y honra a un niño tal, me considera y honra a mí, y quien desdeña a un niño, a mí me desdeña.”
12. “Si habéis de entrar por el portón del reino, tenéis que ser humildes como este niñito.”
13. “Oídme oh, hombres, este como todo otro niño, tiene a uno que le defiende su causa ante el trono de Dios.”
14. “Lo desdeñáis corriendo un riego, porque yo os digo que su contraparte mira la cara de Dios cada momento, cada día.”
15. “Y oídme otra vez, quien hiciere tropezar y caer a un niño, es señalado y maldito, de modo que sería muchísimo mejor para él que se ahogara.”
16. “Mirad que por todas partes hay ofensas. El hombre encuentra ocasiones de pecar y caer, y crece en fortaleza cuando rebota al caer.”
17. “Pero hay de aquel que hace tropezar y caer a otro.”
18. “Estad prevenidos hombres de Dios, no sea que forcéis a alguno a caer; tened cuidado de no caer en vía errónea vosotros mismos.”
19. “Ahora bien, si vuestras manos os inducen a errar, es mejor que os las cortéis, porque es muchísimo mejor no tener manos y no ser culpables a los ojos de Dios y de los hombres que ser perfecto en la forma y perder el alma.”
20. “Y si vuestros pies ocasionan ofensas, es mejor que los cortéis, porque es muchísimo mejor entrar en la vida sin pies que caer bajo la maldición.”
21. “Y si vuestros ojos u oídos os inducen al error, es mejor perderlos todos que perder el alma.”
22. “Vuestros pensamientos, palabras y hechos serán todos probados por el fuego.”
23. “Recordad que sois la sal de tierra, pero si perdéis las características de sal, ya no sois sino desechos a los ojos de Dios.”
24. “Retened las características de sal de vida y mantened la paz entre vosotros.”
25. “El mundo está lleno de hombres que no tienen en sí la sal de vida y están perdidos. Yo viene a buscar y a salvar a los perdidos.”
26. “¿Cómo pensáis? Si un pastor tiene cien ovejas y se les desvía una ¿no dejaría las noventa y nueve,”
27. “E iría por los caminos del desierto y por las cimas de las montañas buscando la que se extravió?”
28. “Sí, y vosotros lo sabéis; y si encuentra la que se extravió, he aquí que se alegra y se regocija por ellos mucho más que por las noventa y nueve que no se extraviaron.”
29. “Y del mismo modo hay regocijos en los planos celestiales cuando un nacido humano que se ha encaminado por la vía errónea, vuelve a la correcta.”
30. “Sí. Hay más regocijo que por todos los hombres que siendo naturalmente correctos, nunca hacen cosa alguna errónea.”
31. Y Juan dijo: “Maestro: ¿quién debe buscar y salvar al que se desvía? ¿Quién debe curar a los enfermos y desalojar demonios de los obsesos?”
32. “Mientras te ausentaste, vimos a un hombre que no era de nuestro grupo que desalojaba demonios y curaba enfermos.”
33. “Lo hacía por la Palabra sagrada y en el nombre del Cristo; pero nosotros se lo prohibimos porque no era de nuestro grupo.”
34. Y Jesús dijo: “Hijos de hombres: ¿os imagináis que tenéis el monopolio de los poderes de Dios?”
35. “¿Os imagináis que el mundo entero tiene que estar parado esperando que vosotros hagáis los trabajos de Dios?”
36. “Dios no tiene las características humanas de favoritismo para hombre alguno a quien le da especiales regalos.”
37. “No prohíbas a hombre alguno hacer trabajos de Dios.”
38. “No hay hombre alguno que tenga el poder de pronunciar la Palabra sagrada y en el nombre del Cristo restaurar la salud y arrojar espíritus impuros que no sea hijo de Dios.”
39. “El hombre de quien habláis es uno de nosotros. Quienquiera que recoja el grano del cielo es uno de nosotros.”
40. “Quienquiera que da un vaso de agua en el nombre de Cristo es uno de nosotros y así lo considerará Dios.”

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