martes, 2 de septiembre de 2008

Evangelio de Jesús El Cristo (43)

Jesús y Sabina visitan Babilonia y anotan su desolación. Los dos maestros permanecen juntos siete días; entonces Jesús vuelve a emprender camino a su casa. Llega a Nazaret. Su madre da una fiesta en su honor. Sus hermanos están disgustados. Jesús cuenta a su madre y a su tía la historia de sus viajes.

1. La arruinada Babilonia está cerca y Jesús y el sabio fueron a través de sus puertas y caminaron entre sus palacios caídos.
2. Recorrieron las calles que vieron a Israel en humillante cautiverio.
3. Vieron el lugar en el que los hijos y las hijas de Judá colgaron sus arpas en los sauces y rehusaron cantar.
4. Vieron el sitio en el que Daniel y los jóvenes hebreos se pusieron de pie como testigos vivientes de su fe.
5. Entonces Jesús, levantando las manos, dijo: “Mirad la grandiosidad de los trabajos del hombre”.
6. “El rey de Babilonia destruyó el templo del Señor en la vieja Jerusalén; quemó la ciudad santa, puso en cadenas a mi pueblo y a mis parientes, y los trajo aquí como esclavos.”
7. “Pero vino la retribución porque todo lo que el hombre hace contra otro hombre el Juez recto hace contra él.”
8. “El sol de Babilonia se ha puesto; no se oirán más dentro de sus murallas los cantos de placer.”
9. “Y toda clase de insectos y de aves inmundas encontrarán sus moradas en estas ruinas.”
10. Y en el templo Belus, Jesús y Sabina se detuvieron en pensamiento silente.
11. Entonces Jesús dijo: “He aquí este monumento de tontería y de vergüenza.”
12. “El hombre trató de hacer temblar el trono mismo de Dios, trató de construir una torre que llegue al cielo, y he aquí que el lenguaje mismo le fue arrebatado, porque en palabras altisonantes se vanaglorió de su poder.”
13. “Y en estas alturas estuvo el infernal Baal, el Dios hecho con manos humanas.”
14. “Sobre aquel altar fueron quemados, en horrible sacrificio a Baal, aves, bestias y hombres y aún niños.”
15. “Más ahora los sacerdotes sangrientos están muertos; las rocas miasmas se han estremecido de horror y han caído; el lugar está desolado.”
16. Y en las llanuras de Shinar, Jesús se quedó por siete días más, y, con Sabina, meditó largamente acerca de las necesidades del hombre y de cómo así los sabios podían servir mejor a la edad que comenzaba.
17. Y después Jesús siguió su camino y, después de muchos días, cruzó el Jordán y entró en su tierra nativa. Y enseguida buscó su hogar en Nazaret.
18. El corazón de su madre se inundó de gozo; e hizo una fiesta para él e invitó a todos los parientes y amigos de ella.
19. Pero los hermanos de Jesús no estuvieron agradados de que se hicieran tales atenciones a uno a quien ellos consideraban un mero aventurero, de modo que no concurrieron a la fiesta.
20. Se rieron y ridiculizaron sus pretensiones; le llamaban indolente, ambicioso, vano, indigno, buscador de fortuna, aventurero mundial de fama que, tras de muchos años, regresa a la casa de su madre sin oro y sin ninguna otra riqueza.
21. Y Jesús llamó a un lado a su madre y a la hermana de su madre, Miriam, y les refirió su jornada en el Este.
22. Les contó las lecciones que había aprendido y los trabajos que había hecho. A otros no les contó la historia de su vida.

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