Profecías cumplidas y fallidas de todos los tiempos

Hasta los más incrédulos cruzan la calle con aprensión cuando una gitana les echa maldiciones. No es cuestión de arruinarse el futuro. ¿Se puede “ver” el futuro?
Los griegos consultaban el oráculo, que les transmitía la respuesta de un dios a una pregunta. En Roma, los arúspices leían las vísceras de animales sacrificados y los augures interpretaban la voluntad de Júpiter. Los mayas y los aztecas, leían su suerte en los astros. La adivinación numérica árabe, la brujería de los pueblos africanos, las visiones de los santos cristianos, las profecías de la Biblia, no hubo civilización que no intentara predecir su suerte.

Los profetas
El profeta más conocido de todos los tiempos, sin duda es Nostradamus. Michel de Nôtre-Dame o Nostradamus (1503-1566), fue un farmacéutico y consultor astrológico francés. Su obra “Las verdaderas centurias astrológicas y profecías”, fue publicada por primera vez en 1555. A partir de la publicación del libro, surgió la fascinación. Sus seguidores creen que Nostradamus predijo las catástrofes hasta el año 3797, fecha en que terminará el mundo. Nostradamus escribía en un lenguaje elusivo, usando metáforas, para evitar ser perseguido y que quemaran su obra. Por eso es muy difícil leer sus textos y también muy fácil acomodarlos para que digan lo que uno quiere leer. La mayor parte de las cuartetas tratan sobre desastres como terremotos, epidemias, inundaciones, guerras y asesinatos.
No sólo Francia tuvo su Nostradamus, Alois Irlmair1894-1959 fue el “Nostradamus alemán”. A Irlmaier las visiones se le representaban como “películas”. Sus profecías fueron recopiladas en el libro "Los Profetas del Bosque". Colaboraba con la policía local, y su clarividencia lo hizo famoso. Su ayuda fue imprescindible en muchos casos policiales para encontrar personas perdidas o muertas. Su más temida profecía fue que vio una terrible guerra que aun no sucedió, posiblemente la tercera guerra mundial.
Otro profeta norteamericano relativamente reciente fue Edgar Cayce. Se le atribuía la virtud de ser un canal para responder preguntas médicas. Cayce (1877-1945) se hizo muy conocido no sólo por atender gente con problemas de salud, sino también por sus profecías. Se piensa que de él surgió la idea de que California terminaría cayendo al mar. Era un miembro devoto de los Discípulos de Cristo. Hoy existen miles de estudiantes de Cayce, la mayoría en EEUU y en Canadá, aunque existen Centros Edgar Cayce en 25 países.
En 1900, tuvo una laringitis que lo dejó mudo. Un hipnotista, Al Layne, se ofreció a curarlo. Durante el estado de hipnosis, el mismo Cayce le dijo a Layne lo que debía hacer. Layne le obedeció y al despertar, estaba curado. Layne pensó que la voz del trance podía tener respuestas curativas, y pidió a Casey experimentar con sus dolencias. Layne comprobó que era efectivo y le propuso hacerlo con otra gente. Casey aceptó, pero sólo si no cobraba. Cayce entraba en trances, durante los cuales podía contestar preguntas sobre una dolencia o hacer predicciones. Se volvió tan popular, que al tiempo curaba pedidos por carta también. De ahí en más, trabajó sobre eso toda su vida.
Predijo el crash de la Bolsa de Estados Unidos de 1929. Fue durante una “lectura” organizada por la revista Life en 1925. Cayce le dijo a un joven médico que pronto iba a recibir una gran cifra de dinero, pero que lo cuidara, sobre todo durante las fuerzas adversas que vendrían en 1929. También “vio” la 2da guerra mundial. En 1935, describió eventos catastróficos en la comunidad internacional, un mundo entero en guerra. También anticipó el uso del láser en la medicina.
Una de sus más famosas predicciones fue la destrucción en 1936 del este de Estados Unidos, particularmente New York, que no se concretó finalmente. También vio terribles terremotos e inundaciones. Los escépticos dicen que esa es la prueba de lo erróneo de sus adivinaciones, pero los seguidores de Cayce piensan que es posible que haya habido un error en las fechas, o que el hombre haya logrado cambiar su destino.

Santos visionarios
La Iglesia católica tuvo muchos santos y sacerdotes a quienes se les atribuyeron capacidades de profetas. Aunque la Iglesia es un poco reticente para aceptarlos como tales, la fama de algunos no se detuvo y, a la larga, fueron reconocidos. La mayoría de las hazañas sobreviven gracias a algún seguidor, que impactado por sus dones, transcribió la obra del profeta. Anna Katharina Emmerick, cuyas visiones fueron registradas por un escritor alemán, Clemens Brentano, que permaneció al pie de la cama de la monja enferma, copiando los relatos de la vidente desde 1818 a 1824. Anna Katharina nació en 1774, en una granja en el noroeste de Alemania. Desde los cuatro años tuvo visiones de la historia de la Salvación. Ingresó a los 28 años en un monasterio y luego vivió en una casa particular. Desde 1813 en adelante, la enfermedad la obligó a la inmovilidad. En los últimos años de su vida, hasta su muerte en 1824, recibió las visiones de la vida de Cristo, de la Virgen María y de la vida después de la muerte.
A la Iglesia durante un tiempo no la convenció la falta de claridad de los escritos y las posibles «manipulaciones» de Brentano en las revelaciones de Emmerick. Sin embargo, gracias a sus visiones, la casa de la Virgen María fue descubierta en el siglo XIX por arqueólogos que condujeron sus investigaciones a partir de los escritos de la vidente. Por eso, fue beatificada por el Papa Juan Pablo II en 2004. Otros hallazgos que se hicieron basados en sus escritos fueron los restos de la ciudad de Ur de Caldea y, en 1981, los pasadizos bajo el Templo de Jerusalén.
Otro religioso vidente muy querido en Argentina y popular por sus dones de predicción fue Don Bosco. Envió la primera misión salesiana a la Patagonia, que llegó a Buenos Aires en 1875. En sus visiones, anunció grandes avances para la región del 2000 al 2015. “Tenía ante mi vista las riquezas incomparables de aquellos países, riquezas que un día serán descubiertas...” “Vi innumerables minas de metales preciosos, galerías interminables de carbón mineral, depósitos de petróleo tan abundantes como hasta ahora no se han encontrado en otros lugares”. Existen tantas evidencias de profecías cumplidas como de vaticinios que quedaron en el delirio. Una revisión hacia el pasado trae que algunas coincidencias resultan asombrosas. Pero también se puede pensar que la relación entre los sucesos mundiales y las profecías es el resultado de interpretaciones tendenciosas.
Existen tantas evidencias de profecías cumplidas como de vaticinios que quedaron en el delirio. Una revisión hacia el pasado trae que algunas coincidencias resultan asombrosas. Pero también se puede pensar que la relación entre los sucesos mundiales y las profecías es el resultado de interpretaciones tendenciosas.